Buscan que la Parranda de San Pedro sea Patrimonio de la Unesco

Foto: Archivo

La Parranda de San Pedro, de Guarenas y Guatire, que será la segunda manifestación venezolana que se inscribirá en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), será aprobada sin objeciones por el Comité Intergubernamental, considera el antropólogo Víctor Rago.

En marzo de 2012 se entregó al Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco el expediente de esta manifestación de más de 200 años que celebran cada 29 de junio los sanpedreños con los rostros embetunados y al son del cuatro, las maracas y de los cueros en los pies chocando contra el piso.

Con la experiencia acumulada por el país en los cuatro años que estuvo en el Comité Intergubernamental y por la fuerza de la manifestación, este antropólogo venezolano tiene la seguridad de que la Parranda de San Pedro será aprobada sin objeciones como sucedió con la postulación de los Diablos Danzantes de Corpus Christi.





“Hay una experiencia acumulada, tenemos el conocimiento necesario para que el expediente esté bien elaborado. Ese proceso es laborioso, hay requisitos y formalidades que cumplir, además de las exigencias que supone el trabajo de campo, las conversaciones con la comunidad”, expresa el experto.

Durante 2012, al especialista le tocó estar al frente de la Presidencia del Órgano Subsidiario del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, compuesto por seis países de las distintas regiones del mundo, en representación de América Latina y el Caribe.

Justamente en 2011, el Órgano revisó 36 postulaciones de varias naciones del planeta, entre ellas la de los Diablos Danzantes de Corpus Christi, pero en el momento de examinar este expediente que Venezuela inscribió Rago debió, por la normativa, salir de la reunión.

Finalmente, el jueves 6 de diciembre del año pasado, la candidatura de los Diablos Danzantes fue sometida al Comité Intergubernamental conformado por más de 30 países, entre ellos Venezuela, y las 11 cofradías de promeseros enmascarados que bailan en honor al Santísimo Sacramento fueron incluidas en la lista representativa de la Unesco.

Una manifestación por año en la Unesco

“Los Diablos Danzantes de Corpus Christi abrieron un ciclo para que Venezuela, que no tenía ninguna manifestación en la lista, empiece a postular una todos los años”, dice Rago, quien dicta clases en la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela y desde hace cinco años brinda apoyo al Centro de la Diversidad Cultural, organismo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, que guia las candidaturas venezolanas.

Apunta que la aprobación de Los Diablos Danzantes fue el resultado de un trabajo sistemático y sostenido que se hizo. “Todo indicaba que la postulación iba a ser aprobada y así fue”.

Las señales estaban dadas, los cinco criterios exigidos por la Unesco se cumplían cabalmente, a saber: que la manifestación se haya trasmitido de generación en generación, que el Estado posea un inventario donde este inscrita, que haga una contribución al diálogo intercultural y a la visibilización del patrimonio cultural inmaterial a escala mundial, la participación de la comunidad en el expediente y que pueda contar con el apoyo del Gobierno para su fortalecimiento.

Aunque para 2013, cuando el Comité Intergubernamental evalúe la candidatura de la Parranda de San Pedro, Venezuela ya no estará en la instancia con algún representante, participará como un país más de los que suscribió la Convención del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco este año y que envió su postulación.

Promover más Patrimonios como Política

Cada vez que se declara alguna manifestación como Patrimonio de la Humanidad, la responsabilidad del Estado venezolano se incrementa por las tareas que exige la Unesco, no obstante, las sugerencias de postular nuevos elementos etnográficos no cesan.

Rago sostiene que es necesario incluir, a corto plazo, una manifestación indígena y otra llanera, e incluso propone los Cantos de Trabajo del Llano venezolano.

“La lista representativa no es un registro que se va a llenar de cuanta cosa haya, no es una lista exhaustiva. Hay que buscar las manifestaciones que hacen de Venezuela un país único y creo que la cultura llanera tiene un gran peso en la configuración del sentido nacional venezolano.

Otra candidata es la lengua indígena Mapoyo, que vive un serio problema de debilitamiento, la fiesta de San Benito o el Culto a Maria Lionza.

Rago considera que debe convertise en política de Estado el esfuerzo de promover el ingreso de más manifestaciones nacionales como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

“Si eso se convierte en política de Estado hay un plano sólido sobre el cual tomar decisiones, pero no deben quedar como iniciativas particulares y dispersas, debe haber una orientación”, expresa.

AVN