Mark Cahill, que trabajaba en un “pub” (bar) de West Yorkshire (norte inglés), tenía la mano derecha inmovilizada por los efectos del mal de gota, caracterizado por una acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, que desarrolló primero en los pies hace 20 años y después se extendió a las manos.
La intervención quirúrgica, practicada el pasado 27 de diciembre en el hospital Leeds General Infirmary gracias a una donación de mano, duró ocho horas y fue muy minuciosa puesto que los cirujanos debieron conectar nervios del brazo de Cahill con la mano donada.
Los médicos han indicado que aún es prematuro saber cuánto movimiento tendrá el nuevo órgano, pero Cahill puede mover un poco los dedos, aunque no tiene tacto.
“En este momento me siento bien, sin mucho dolor”, dijo el hombre a los medios británicos.
Además de ser el primer británico al que se le hace un trasplante de este tipo en el Reino Unido, es el primero al que se le amputa la mano para recibir una de un donante.
El profesor Simon Kay, cirujano plástico del hospital de Leeds, dijo hoy que este ha sido un “gran desafío” para el equipo médico y admitió que es aún prematuro saber el éxito de la intervención, aunque “todo indica que va bien y el paciente hace progresos”.
El equipo de especialistas ha estado en contacto con médicos franceses de Lyon que hicieron el primer trasplante de mano en 1998. EFE