Siempre se sabe con certeza dónde está el Jefe del Estado bien sea en el Palacio de Miraflores, La Casona, La Guzmania o en el exterior y se conoce su estado de salud porque en Venezuela prácticamente todo gira alrededor de la figura de éste funcionario público cuya vida es, precisamente, pública.
Al principio de su primer gobierno, allá por el año 1999, el presidente Hugo Chávez Frías padeció de diarrea y así lo informó a los medios su entonces Ministro de la Secretaría, Alfredo Peña, quien destacó que ésta sería una de las características del mandato chavista: la transparencia informativa. El tiempo, las circunstancias y los nuevos actores políticos, reflejan la falsedad de tal premisa porque si algo caracteriza hoy al gobierno chavista es la oscuridad informativa.
Por propia decisión, Chávez está en La Habana, Cuba, convertida hoy en la capital ad hoc de la República Bolivariana de Venezuela porque está ejerciendo funciones de sede gubernamental sin tener cualidad constitucional para tales atribuciones, al punto que existe un Pacto de La Habana, con participación estelar de Raúl Castro y Ramiro Valdés, dos gobernantes de facto no electos por el pueblo venezolano.
El Presidente está enfermo, pero existe la duda de cuán enfermo se encuentra porque un día “está completamente lúcido”, otro día “conversó conmigo” (según el Vicepresidente), “dictó un mensaje a la Fuerza Armada Nacional” (de nuevo según el Vicepresidente), y también se halla en situación “delicada” y “estacionaria”, de acuerdo a las versiones del Ministro de Información obtenidas con fina precisión del diccionario cubano.
Habría entonces que recurrir al polígrafo de “La Hora de La Verdad”, un talk-show de la televisora española Antena 3 para determinar quién miente y así, por descarte, encontrar la ansiada verdad.
Lo demás está bien claro en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: los electores venezolanos eligieron a un presidente llamado Hugo Chávez Frías, quien debe presentarse el 10 de enero para ejercer su mandato y no escogieron a nadie más para suplirlo en tales funciones. Es Chávez y punto porque en caso de ausencia temporal y definitiva automáticamente se activan los recursos constitucionales para convocar nuevas elecciones.
@exequiades