Manti Te’o brilló el 15 de septiembre en el triunfo del equipo de fútbol americano de la Universidad de Notre Dame a pesar de que la semana anterior su novia, Lennay Kekua, había muerto de leucemia.
Un ejemplo de superación ante la tragedia de los que tanto gustan en Estados Unidos, una gran historia para los fans del football de EE.UU., casi tan seguido como la propia NFL, y para el periodismo.
Sólo había un problema. El miércoles, cuatro meses después de aquel encuentro, se supo que Kekua no murió de leucemia. De hecho, nunca tuvo la enfermedad. De hecho, Kekua nunca existió. La Universidad de Notre Dame comunicó el miércoles que Te’o había sido víctima de “un engaño triste y cruel para divertir a sus autores”.
La noticia estalló porque el sitio deadspin.com informó que la novia nunca existió.
El ejemplo de Te’o ilustra los peligros de Internet. El jugador, de prometedor futuro en la NFL, conoció a una chica online. Charló con ella durante horas y días, compartían gustos, se cayeron bien, hablaban incluso por teléfono y entonces surgió una relación emocional. Te’o y Kekua pasaron a ser novios sin haberse visto nunca en persona.
Inspiración. Kekua estaba enferma, sufría leucemia y le contó a Te’o que su fin estaba cerca. Kekua murió, no sin antes decirle a Te’o que no dejara de jugar, que lo hiciera por ella, que transformara su dolor en yardas ganadas. “Me sirve de inspiración”, dijo entonces Te’o, elegido segundo mejor jugador de una temporada en la que Notre Dame se mantuvo invicto hasta que llegó y perdió la final ante Alabama.
“Es increíblemente embarazoso hablar sobre ello, pero durante un periodo de tiempo desarrollé una relación emocional con una chica que conocí en Internet”, explicó Te’o el miércoles en un comunicado.
El jugador habló mucho de Kekua públicamente tras su supuesta muerte, pero nunca mencionó que no se llegaron a ver en persona.
“Manteníamos lo que yo creía que era una relación auténtica, hablando frecuentemente online y por teléfono, y me preocupé profundamente por ella. Darme cuenta de que era víctima de una broma enfermiza y de constantes mentiras fue y es doloroso y humillante”, afirmó Te’o, de apenas 21 años, que además en septiembre también perdió a su abuela. Eso sí fue real.
“Duele más que la pena que sentí y las simpatías expresadas en el momento de la muerte de mi abuela en septiembre se profundizaron por lo que yo creía que era otra significativa pérdida en mi vida”.
“Pensar que compartí mi felicidad por la relación y detalles que yo pensaba que eran reales sobre ella me pone enfermo. Espero que la gente entienda lo confusa y difícil que ha sido esta experiencia para mí”, agregó Te’o, que incluso hace autocrítica: “Debería haber sido más cauto”.
La experiencia le deja una lección que comparte con todos aquellos jóvenes y no tan jóvenes que caen en el amor virtual: “Espero que la gente sea mucho más precavida que yo cuando entabla una relación con otras personas en Internet”, agregó el linebacker, preparado ya para el draft de la NFL.
La Universidad de Notre Dame aseguró el miércoles que el tema ya está en manos de las autoridades y que ha iniciado “una investigación para ayudar a Manti y su familia a descubrir el motivo y la naturaleza de este engaño”.