El ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha, aseguró que la prioridad del gobierno es “salvar las vidas que todavía podemos salvar” tras el incendio el domingo de una discoteca en el sur del país, que según el último balance dejó al menos 233 muertos y 116 hospitalizados.
“La primera (prioridad del gobierno brasileño) es buscar salvar vidas, aquellas vidas que todavía podemos salvar”, dijo el ministro en rueda de prensa en Santa María, ciudad de la tragedia, donde acompañó la visita de la presidenta Dilma Rousseff y permaneció para coordinar operaciones.
Padilha explicó que hay 92 pacientes internados en los hospitales de esta ciudad universitaria, la mayoría “víctimas de intoxicación, por el humo”, en tanto las “víctimas de quemaduras grandes son minoría”.
Otros 14 pacientes con quemaduras graves fueron trasladados a la capital del estado de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, a unos 300 km.
Las autoridades dieron en la misma rueda de prensa el último saldo oficial de víctimas mortales: 233 muertos, de estos 120 hombres y 113 mujeres,
Padilha explicó que el gobierno tiene también como prioridad “ayudar en el sufrimiento, dar apoyo psicológico y médico a los familiares. Veinte equipos de apoyo médico y psicológico están trabajando”.
Centenares de personas, entre amigos y familiares de las víctimas, se concentraban en las proximidades del Centro Deportivo Municipal donde fueron llevados los cadáveres, para reconocer los cuerpos.
Padilha explicó que desde la madrugada fueron trasladados a Santa María equipos profesionales médicos y de todo tipo, especializados en tragedias, como el terremoto de Haití en 2010 o el derrumbe e inundaciones en la sierra de Rio en 2011, para “organizar la situación y dar una pronta respuesta”, dijo.
El jefe de la policía civil de Rio Grande do Sul, Ranolfo Vieira, aseguró que habrá una exhaustiva investigación para encontrar a los culpables. “Sepan que investigaremos y descubriremos lo que ocurrió”, dijo.