Los tratamientos de cosmética no quirúrgicos como el Botox tan sólo deberían ser aplicados por personal cualificado como médicos, enfermeras y dentistas, según se recoge en una lista de recomendaciones publicadas hoy por un grupo de cirujanos británicos.
El Royal College of Surgeons (RCS) ha detallado una serie de pautas con las que pretende evitar que personas sin preparación médica específica como esteticistas puedan practicar procedimientos cosméticos como la administración de inyecciones de Botox, una toxina utilizada para paralizar temporalmente los músculos.
Con la divulgación de esa lista de recomendaciones para la industria cosmética, el RCS intenta poner fin a las llamadas “fiestas de Botox”, populares en el Reino Unido, donde grupos de personas se reúnen en domicilios particulares para recibir esas inyecciones antiarrugas por personas que no cuentan con la preparación adecuada.
Además de las recomendaciones del RCS, el Gobierno británico ha valorado si es necesario introducir una legislación más dura para regular esas prácticas, mientras que Bruce Keogh, el director médico del Servicio Nacional de Salud (NHS), ha llevado a cabo una investigación en la industria cosmética, cuyas conclusiones expondrá ante el Ejecutivo el próximo marzo.
“Mientras que los colegas y las organizaciones profesionales involucradas en las prácticas cosméticas no son ni reguladores ni legisladores, la profesión tiene la responsabilidad de proporcionar estándares hacia los que esperamos que trabajen nuestros miembros”, dijo hoy el presidente del RCS, Norman Williams.
Williams dijo que al RCS le preocupa “que no todos los que ofrecen procedimientos cosméticos estén cualificados adecuadamente y que los pacientes no reciben antes de un tratamiento información precisa”.
“Esperamos que estos estándares contribuyan a la investigación sobre el sector que realiza Bruce Keogh y mejoren la calidad en el cuidado de los pacientes”, señaló.
Entre las recomendaciones del Royal Colege of Surgeons se incluye que cualquiera que vaya a ser sometido a un procedimiento cosmético reciba antes una valoración psicológica.
También se pretende que sólo aquellos que cuentan con cualificaciones médicamente reconocidas y práctica profesional puedan realizar dichos procedimientos como la cirugía de pecho, liposucción y tratamientos de Botox.
Además, esos procedimientos deben realizarse en clínicas registradas con equipamiento de reanimación para posibles casos de emergencia.
Los practicantes deben tener en cuenta cómo se sentirá el paciente tras el tratamiento, por lo que el RCS aconseja que en lugar de sugerir que se sentirán “mejor” o “estarán más guapos”, los médicos empleen términos no ambiguos como “mayor” o “más pequeño” para describir lo que el paciente quiere cambiar.
Por su parte, la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos (BAAPS), que representa aproximadamente a un tercio de estos profesionales en el Reino Unido, también ha aplaudido la introducción de controles más estrictos.
Según cifras estimadas, en 2011 se realizaron 669.711 procedimientos cosméticos quirúrgicos y no quirúrgicos en el Reino Unido, aunque según datos de la BAAPS, sólo 43.172 fueron efectuados por miembros de esa asociación. EFE