En las peligrosas circunstancias que vive la República es suicida que dentro de la alternativa democrática continúen las descalificaciones. Calumnian quienes afirman que los integrantes de la Mesa de Unidad Democrática o ciertas personalidades son colaboracionistas que pretenden cohabitar con el régimen. También mienten quienes califican de antipolíticos radicales a quienes plantean estrategias constitucionales diferentes a la electoral. Desalojar del poder al chavismo sin Chávez amerita construir una gran unidad en la que caben diferentes grupos.
No es colaboracionismo llamar a votar a pesar de las trampas electorales. No es colaboracionismo sostener que la trampa no está en las máquinas ni en el Registro Electoral, aunque hay que auditar la cedulación, sino en el amedrentamiento con las captahuellas para que se dude del secreto del voto; en el acompañamiento obligado al elector, en las presiones a los empleados públicos e integrantes de Misiones, en la utilización indebida de los recursos del Estado; en los cambios de circuitos electorales, en las amenazas a los testigos y en la parcialidad de las Rectoras del CNE.
No es radicalismo exigir condiciones electorales transparentes y un CNE imparcial. Tampoco lo es denunciar las muchas irregularidades que se comenten antes, durante y después de las elecciones, incluyendo la sesgada participación de algunos militares integrantes del Plan República. No es radicalismo insistir con razón en que todos los Poderes del Estado violan rutinariamente la Constitución y que esta contempla la obligación de los ciudadanos de hacerla cumplir.
Pensamos que las diferencias entre ambos grupos son superables. Algunos voceros de la MUD, entre ellos nuestro candidato en las pasadas elecciones, deben endurecer el mensaje ya que no pueden tolerarse las burlas a la Constitución. Saludamos el nacimiento de la nueva Junta Patriótica, pero algunos de sus integrantes deben dejar de lado las injustas descalificaciones y concentrarse en defender sus puntos de vista. En lo personal soy firme defensor de la MUD, aunque debiera dar cabida a otros sectores, y también me considero radical en la defensa de la Constitución, así como de los principios y valores.
Chávez ya es pasado, pero vienen tiempos difíciles en el que sus ineptos ordenanzas intentarán imponer el totalitarismo apoyados en una mayor subordinación a los Castro. Pronto habrá elecciones, por lo que requerimos agruparnos alrededor de Capriles, quien debe comprometerse a no optar por la reelección y aceptar un comando de campaña con amplia representación que denuncie las trampas electorales y los atropellos del régimen. Paralelamente deben promoverse las protestas pacíficas.
Como en botica: ¿China niega préstamos por temor a que cualquiera que firme por Venezuela no tenga mandato legal? Rafael Ramírez también regalará nuestro oro. Seguramente la ONU consideró “apresuradamente” que el problema son las armas suministradas a los presos por sus custodios y los gatillos alegres de la Guardia Nacional.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!