Texto: cronica.com.ar
Una maestra pirata aseguró a las autoridades escolares que su pequeño tenía la grave enfermedad y que estaba en coma. La mujer presentaba certificados médicos truchos para que le justificaran la licencia. Finalmente, se comprobó que era un engaño y ahora pasará 6 meses en prisión.
La maestra británica Kelly Baker fue sentenciada a seis meses de cárcel y suspendida para poder ejercer su profesión durante cuatro años tras fingir que su hijo padecía cáncer para no ir al trabajo.
Durante el último año, la maestra le costó a su escuela primaria, ubicada en Gales, unas 100.000 libras (unos 150.000 dólares) que gastaron en su sueldo y en el de sus sustitutos mientras no podía asistir a clase.