Las armas han causado muchas muertes en el norte de México, pero ahora están haciendo música.
Martillos mecánicos repican contra cargadores de munición de fusiles de asalto. Cañones de armas recortados en diferentes largos retumban como marimbas. Partes de pistolas golpean platillos de metal, como si fueran baterías, para crear sonidos rítmicos y sincopados.
“Es importante considerar que muchas vidas se perdieron con esas armas, es como si una especie de exorcismo estuviera ocurriendo”, dijo el escultor Pedro Reyes al describir su proyecto en un correo electrónico a The Associated Press.
Cuando los instrumentos se tocan “la música ahuyenta a los demonios que encierran y también es un réquiem por las vidas perdidas”.
Para el proyecto titulado “Disarm” (desarme en inglés), Reyes dijo que pudo elegir sus instrumentos de entre 6.700 armas que fueron entregadas o confiscadas por el ejército y la Policía en Ciudad Juárez, habitada por unos 1,3 millones de personas y que tuvo un promedio de 10 asesinatos diarios durante el peor momento de su oleada violenta. En 2010, Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso, Texas, tuvo una tasa de homicidios de cerca de 230 por cada 100.000 habitantes. La tasa nacional en Estados Unidos fue de 4,8 ese año.
“Lo dramático es que esto es sólo la punta del iceberg de todas las armas que diariamente el ejército tiene que destruir”, dijo Reyes en una entrevista mientras mostraba en su estudio algunos de sus instrumentos controlados por computadora que producían una música entre el pop industrial y las marimbas.
Reyes cobró notoriedad en 2008 por un proyecto llamado “Palas por Pistolas” en el que fundió 1.527 armas para hacer el mismo número de palas y plantar el mismo número de árboles.
Su nuevo proyecto comenzó el año pasado con una llamada telefónica en la que le ofrecían una nueva oportunidad para trabajar con las armas confiscadas.
“Generalmente las entierran o las destruyen, pero alguien que trabaja en el gobierno dijo: ‘¿No te gustaría hacer una escultura con este metal?”’, dijo.
La violencia por el narcotráfico ha costado más de 70.000 vidas en México en los últimos seis años y el tráfico de armas ha sido uno de los puntos más controversiales de este conflicto. Muchas de las armas que usan los cárteles de las drogas entran de contrabando a México desde Estados Unidos.
En 2012, el entonces presidente Felipe Calderón develó un anuncio de gran formato en Ciudad Juárez, de cara a Texas, que decía en inglés “No More Guns” (No más armas) en letras hechas con piezas de armas decomisadas.
Reyes también quiere que su mensaje sea internacional, y tendrá una exposición en la galería Lisson de Londres en marzo y otra en Estados Unidos.
“Este proyecto tiene una intención pacifista de crear conciencia global sobre el tráfico de armas”, dijo Reyes.
La violencia se ha vuelto un tema en el arte mexicano en los últimos años. Por ejemplo, la artista Teresa Margolles, originaria del estado de Sinaloa profundamente afectado por esta problemática, trabaja con objetos encontrados en escenas de crímenes, como pedazos de vidrio o tela con lodo y sangre.
Reyes subrayó que su trabajo “No es sólo hacer una protesta, sino un propuesta”. Relató que se le ocurrió hacer instrumentos musicales porque la música es lo opuesto a las armas.
“El ejercicio de transformación que vemos en las armas, es el que nos gustaría ver en la sociedad”, dijo. AP