El Papa Benedicto XVI, que renunció a su pontificado, se despidió simbólicamente de América Latina el sábado con una audiencia al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, la última a un mandatario de la región más católica del mundo.
El Papa recibió a las 11H00 hora local (10H00 GMT) al mandatario centroamericano en su estudio privado en el segundo piso del palacio apostólico.
El encuentro se celebró a puerta cerrada y duró 25 minutos con la ayuda de un intérprete.
Benedicto XVI, que estaba sonriente, recibió a Pérez Molina con un “Bienvenido presidente”.
“Sigo la situación de Guatemala y conozco los graves problemas de droga” que tiene, comentó en italiano el Papa tras subrayar “los esfuerzos que el gobierno” está haciendo para frenarlos.
Los dos dirigentes tenían previsto reunirse en noviembre pasado, pero debido al terremoto que sacudió Guatemala, el encuentro fue aplazado para el 16 de febrero, doce días antes de que Benedicto XVI deje el pontificado y se retire en un convento.
“Es como un premio”, comentó a la AFP el embajador de Guatemala ante la Santa Sede, Alfonso Matta.
“Es una visita organizada exclusivamente para saludar al Papa”, explicó el diplomático.
Pérez Molina llegó a Roma procedente de España y partirá el domingo de regreso hacia su país.
Este sábado, Benedicto XVI se despedirá en la tarde del primer ministro italiano Mario Monti y el próximo sábado del presidente de la República Italiana Giorgio Napolitano.
En la mañana también recibió a un grupo de once obispos italianos y dos cardenales, entre ellos a Angelo Scola, arzobispo de la influyente diócesis de Milán (norte), quien figura en la lista de “papables” para sucederlo en el trono de Pedro en el cónclave que se iniciará a mediados de marzo.
El presidente guatemalteco tenía previsto invitar a Benedicto XVI a visitar Guatemala, pero la solicitud será formulada al próximo pontífice.
“Le vamos a dejar la invitación siempre hecha para que ojalá el nuevo Papa pueda venir (a Guatemala) y considerar hacer una escala en el viaje que tiene” para las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) previstas para julio en Brasil, anticipó Pérez.
Al término de la audiencia, el presidente centroamericano, quien viajó acompañado por la familia, entre ellos la esposa Rosa Leal de Pérez y la hija Lissette Pérez, donó como regalo al pontífice dos pequeñas obras de arte: una escultura de la Virgen del Rosario, patrona de Guatemala, y un rosario de jade verde.
Tras el encuentro con el Papa, el presidente Pérez Molina se entrevistó con el número dos del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone.
Pérez anticipó a la prensa de su país que iba a exponer al pontífice los sufrimientos de cientos de migrantes guatemaltecos en México y Estados Unidos, así como el proyecto de buscar nuevas alternativas para el combate al narcotráfico en Centroamérica, azotada por el devastador fenómeno.
Antes de marcharse el 28 de febrero, a las 20H00 hora local, el Papa ha cumplido un programa lleno de encuentros y aparecerá dos veces ante la muchedumbre: el domingo desde la ventana de su apartamento en el palacio apostólico para el ángelus dominical y el 27, la víspera, para la audiencia general en la plaza de San Pedro.