Luego de décadas remendando uniformes de soldados en la ciudad de Cali, al suroeste de Colombia, Luis Abel Delgado cumple ahora con la ‘misión divina’ de tejer cuidadosamente en su antiquísima máquina de coser Singer el dorado traje que vestirá el sucesor del papa Benedicto XVI.
AFP
“Desde hace semanas estoy en la misión divina de tejer, con telas que me enviaron desde Roma, la mitra, la casulla, la estola y el alba que usará el futuro pontífice”, dijo en entrevista con la AFP el sastre colombiano, de 44 años.
Luego de más de siete años como máximo jerarca de la Iglesia Católica, el alemán Joseph Aloisius Ratzinger, de 85 años, anunció el pasado 11 de febrero su renuncia invocando su avanzada edad y la falta de “fuerzas” para continuar sus labores religiosas.
“Esta mañana el santo papa me contó que se retiró porque se siente cansado, le duelen las piernas y se agota con facilidad”, se lamentó Delgado, quien desde el 2007 es uno de los sastres de Benedicto XVI, junto con dos monjas de Ecuador y Guatemala que viven en el Vaticano.
El jueves Benedicto XVI abandonará su pontificado y el día siguiente en el Vaticano se iniciarán las “congregaciones”, reuniones previas durante las cuales los cardenales empiezan a definir el perfil del nuevo Papa, que se espera conocer antes de las celebraciones de Pascua, a fines de marzo.
“También me dijo que desde mañana (jueves) tendrá el título de papa emérito y vestirá de blanco. Yo espero seguir trabajando para él y el Vaticano porque es un algo inspirador en mi oficio y una bendición”, agregó.
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“El viernes voy a enviar una parte del traje y el próximo martes la otra parte”, dijo el sastre mientras bordaba a mano una cruz dorada en profunda concentración y con cuidado milimétrico.
Mientras cosía una casulla dorada en la máquina Singer -con más 170 años de antigüedad-, Delgado recordó cuando en octubre de 2007 “visité en el Vaticano al papa Benedicto XVI y le regalé una bandera de Colombia bordada a mano”.
Desde aquel momento el colombiano se convirtió en el sastre oficial del papa alemán y del Vaticano, luego de que “Benedicto XVI se interesó en mayo del 2007 en una mitra bordada por mí y que fue obsequiada por dos obispos colombianos durante una visita papal a Brasil”.
“Ahora es triste saber que está delicado de salud pero confío en Dios que estará bien. Esta es mi humilde manera de ayudar al sucesor de Benedicto XVI y a la iglesia que tanto me ha dado”, consideró.
Delgado trabaja día y noche en una carrera contra el tiempo en su humilde casa de Cali (500 km al suroeste de Bogotá), en compañía de su sobrino y sus perras Lola y Shakira, que se constituyeron en su familia luego de la muerte de su esposa e hija hace más de diez años.
“Siempre me ha interesado la costura, en especial, los bordados a mano porque requieren de finos detalles, paciencia y creatividad en todos sus aspectos”, explica el sastre, sentado en un sofá de su sala, que está adornada por figuras y cuadros alegóricos a la virgen María y de Guadalupe.
Delgado espera que pronto se cristalice el sueño de trabajar en el Vaticano y continuar tejiendo y cosiendo los finos ornamentos de los trajes del futuro sumo pontífice.
Durante más de 30 años, el colombiano reparó cientos de uniformes de soldados de la tercera brigada del Ejército en Cali y bordó los escudos en las bandas presidenciales que han vestido más de una veintena de mandatarios de Colombia, Argentina, Chile, Ecuador, México, Panamá, Perú y Estados Unidos.