Texto: bbc.co.uk/mundo
Antes de entrar a una gasolinera, el venezolano se asegura de llevar monedas sueltas, como si fuera a comprar el periódico. Y cuando se despista y sólo lleva un billete demasiado grande, como le contó a BBC Mundo una conductora, pues no es imposible que el dependiente de la gasolinera prefiera dejarla ir sin pagar a hacerse demasiado lío.
Pero esto de la gasolina casi regalada en realidad no es gratis: lo paga la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la factura es tan alta que el gobierno recientemente ha abierto la veda a lo que hasta ahora venía siendo un tabú: “subir el precio de la gasolina”.
Aunque el ministro de Petróleo y presidente de la estatal Pdvsa, Rafael Ramírez, insiste en desmentirlo, otros miembros del gobierno de Hugo Chávez han hablado abiertamente de la necesidad de replantear la “cultura del todo regalado”.
Sin embargo, el asunto sigue recibiendo el tratamiento de políticamente muy delicado por el recuerdo del “Caracazo”, la ola de protestas contra el alto costo de la vida duramente reprimida en 1989 y que tuvo como uno de sus detonantes la subida del precio de la gasolina.
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