En esta tercera entrega, el General Carlos Julio Peñaloza describe cómo Fidel renuncia a la guerrilla como instrumento para apoderarse del petróleo venezolano y la substituye por una estructura electrónica que maneja la vida de los ciudadanos y garantiza al régimen ganar cualquier elección.
Cuando los soviéticos cortaron su apoyo a la guerrilla en América Latina para concentrarse en África, Castro se tuvo que retirar de Venezuela, pero éste siguió siendo el país de sus sueños, porque el imperio de Fidel solo podía construirse con petróleo venezolano.
Sus planes se reactivaron cuando, durante su visita a la coronación de CAP en 1989, Fidel recibió al mayor Chávez en el Hotel Eurobuilding. Para entonces Chávez conspiraba con Douglas Bravo y Alí Rodríguez Araque. Ellos esperaban una explosión social en Venezuela. El estallido del 27F indicó que las “condiciones objetivas” estaban dadas. El alzamiento se aceleró y se programó para diciembre de ese año 1989, cuando el presidente Pérez regresara de Davos. Este golpe fue debelado y abortado. El autor de estas líneas, Comandante del Ejército, detuvo a Chávez y a otros miembros de la logia golpista. Al regresar, Pérez ordenó dejarlos en libertad. Luego de mi retiro en 1991, la asonada del 4F demostró que no estuve equivocado al ordenar esas detenciones.
Al salir indultado tras el alzamiento del 4F, Chávez se convirtió en una estrella política llamando a la abstención. Pero Fidel tenía otra idea. Habia aprendido que no podía oponerse a las elecciones en Venezuela, sino controlarlas. La popularidad de Chávez era similar a la de Boves en 1814 y debía ser aprovechada. Para ello contaba con el “Plan Futuro”, basado en las ideas de Marcus Wolf, jefe de Inteligencia de la STASI en Alemania Oriental. Pero para aplicarlo había que tomar antes el poder en Venezuela.
Fidel invitó a Chávez a La Habana en 1994 y allí le explicó su idea, prometiendo hacerlo su heredero. El joven golpista quedó hechizado y a su regreso abandonó su estrategia anti-electoral, convirtiéndose en candidato, con el aparato propagandistico cubano a su disposición.
El 6 de diciembre de 1998 Chávez obtuvo la victoria en las urnas. Su triunfo fue recibido por gran regocijo en Punto Cero. El Boves del siglo XXI había sido electo. Ese dia la residencia fortificada de Fidel Castro en el enclave privado Siboney de La Habana estaba de plácemes. La hora de activar el “Plan Futuro” había llegado. El objetivo era capturar a Venezuela para financiar la construcción del imperio de Fidel en Hispanoamérica. Su alianza con China le daría acceso a la tecnología para poner en práctica este designio. Las nuevas armas serían cibernéticas.
La maniobra electrónica era más sutil e inteligente que la estrategia guerrillera. No incluía invasiones militares, sino el acceso al poder por medios electorales seguido por la modificación de la Constitución y el establecimiento paulatino de un sistema telemático controlado desde Cuba. El objetivo es controlar a Venezuela hasta que se den las condiciones objetivas para establecer un gobierno similar al cubano que reúna las dos naciones en una sola. Luego se haría lo mismo con el resto de la ALBA y ese imperio abarcaría toda Hispanoamérica.
Dictadura tecnológica
El sistema de control aprobado por Fidel se integra a través de una red de computadoras controlada desde la Habana. La conexión en Venezuela se hace utilizando el sistema de comunicación digital de la CANTV conectado a la red de satélites chinos. Estas redes digitales tienen una configuración “master-slave”, donde los computadores periféricas o “esclavas” están controlados por una o varias estaciones maestras o “master” operadas por cubanos. El software necesario para la operación del sistema fue desarrollado conjuntamente por expertos de informática del G2 cubano, antiguos agentes de la STASI y programadores chinos. Los códigos fuentes utilizados no son de carácter abierto, sino privado. Parte de estos códigos son secretos con acceso autorizado solo a técnicos castristas con clasificación de alta seguridad. Los usuarios del CNE y auditores externos no pueden detectar las instrucciones ocultas, porque no tienen acceso a la totalidad de los códigos fuentes. Estas subrutinas se esconden tras un sistema de cifrado y ocultamiento que las hacen invisible a los usuarios. El sistema está diseñado para que ni los rectores del CNE ni los jefes de inteligencia y seguridad del Estado en Venezuela tengan acceso. Este sistema hace las auditorias ineficaces.
El corazón del sistema es la cedulación de los ciudadanos utilizando chips de última generación. Esta información, que incluye huellas digitales, alimenta bases de datos procesados por supercomputadores de última generación instalados en la UCI en Cuba. Mediante técnicas de minería de datos el sistema es un instrumento de inteligencia para vigilar las actividades de la población. Como bono adicional, el chip colocado en la cédula permite conocer la ubicación física de cualquier ciudadano registrado en la base de datos. La tecnología de punta actual permite establecer el más eficaz y diabólico estado policial.
La base de datos de identificación es el corazón del sistema. Está conectada a dos sub sistemas: uno de vigilancia e inteligencia y otro electoral. Estos sistemas entroncarán con el sistema de comando, control y comunicaciones de las Fuerzas Armadas y los organismos de seguridad del Estado. Al integrarse esta compleja estructura telemática se estará en capacidad de realizar funciones múltiples incluyendo el control de la población, la dirección de operaciones de represión y ganar elecciones.
El establecimiento del sistema telemático se hizo simultáneamente con la infiltración masiva de cubanos en Venezuela y el entrenamiento de jóvenes venezolanos. Militares castristas se encargaron de infiltrar las FAN para ideologizarlas y convertirlas en brazo armado de la revolución. Al mismo tiempo los organismos de seguridad y las misiones de carácter social harían colapsar al viejo sistema de gobierno al punto que sería posible tomar el control absoluto de la economía y la eliminación de las FAN tal como las conocemos.
Mediante esta acción se impide que la oposición sea una alternativa de poder y Venezuela se convierte en una colonia electrónica. La ejecucion de esa estrategia ha tomado años. Para lograrlo fue necesario controlar las redes de comunicaciones de Venezuela, la base de datos de cedulación y el sistema de elecciones utilizado por el CNE. Esto fue posible al llegar Chávez al poder lo cual permitio ademas tomar el control del CNE e infiltrar técnicos electorales dentro de la oposición para apoyar sus acciones. Me ha tomado tres artículos describir la base teórica y la superestructura del Plan Futuro. Ha llegado la hora de entrar en detalles de uno de sus sub planes, el de control electoral, conocido como Plan Prócer. Para eso se creó Smartmatic, con ingenieros jóvenes de la Universidad Simón Bolívar. Los fundadores de Smarmatic se hicieron millonarios en dólares y Chávez se hizo millonario en votos ganando las elecciones que ha querido. Esta historia y los nombres de quienes han actuado como agentes vendrá en la próxima entrega. La muerte de Chavez pone esta estrategia en peligro, pero ellos cuentan con Maduro. Gracias por su paciencia.
General Carlos Julio Peñaloza