Una multitud de venezolanos despedía el jueves los restos del presidente Hugo Chávez, en una procesión donde se mezclaban expresiones de dolor con promesas de apoyo a la revolución socialista que se jugará su supervivencia en unas inminentes elecciones, por primera vez sin su creador.
Por Patricia Vélez y Pablo Garibian/ Reuters
Los seguidores del mandatario dibujaban kilómetros de fila en el imponente bulevar del Paseo de los Próceres, al suroeste de la capital, y esperaban horas para darle un último adiós ante un féretro abierto y custodiado por una guardia de honor.
Bajo un grueso cristal, el hombre que perdió el martes su lucha contra el cáncer a los 58 años vestía su uniforme militar adornado de medallas y su famosa boina roja.
Mujeres con bebés en brazos, ancianos y hasta gente en sillas de ruedas, casi todos vestidos con camisetas rojas del partido chavista, aguardaban pacientemente para ver al hombre que fue amado con fervor casi religioso por los venezolanos más pobres y mirado con recelo por las clases más acomodadas.
Las lágrimas y loas se repetían constantemente después del masivo cortejo fúnebre que lo acompañó el miércoles hasta la Academia Militar, alma máter del fallecido comandante.
Chávez entró el lunes en un coma y falleció de un paro cardiorrespiratorio después de un rápido deterioro desde el fin de semana, cuando mantuvo una larga reunión desde su cama con ministros, relató a Reuters una fuente del Gobierno.
El cáncer contra el que luchó por casi dos años había hecho metástasis en sus pulmones y el intenso tratamiento que incluyó esteroides lo dejó con el rostro hinchado, según la fuente.
“Nos negamos a planificar el momento de la muerte del presidente. Sobre la marcha estamos tomando las medidas para que este último adiós sea lo más llevadero posible”, confesó el canciller Elías Jaua, otro hombre cercano a Chávez.
La marea de gente que salió a las calles desde el miércoles ha sido la mayor en los 14 años del chavismo en el poder. El Gobierno reconoció que iba a ser imposible que todos pudieran presentar sus respetos al mandatario y estimó un desfile de más de dos millones de personas por la capilla.
“Como él nunca habrá nadie. Tengo mucho que agradecerle. Votaré por Maduro ¿por quién más? El (Chávez) lo encargó y uno tiene que hacer lo que él dice”, dijo Berta Colmenares, una enjuta jubilada de 77 años, con los ojos llenos de lágrimas, que esperaba formada para despedirse del presidente.
SE VIENE MAS CHAVEZ
“Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro” y “Chávez lo juro, mi voto es por Maduro”, coreaban el jueves algunos en la fila para entrar al velorio, en donde muchos pasaron la noche para llegar hasta la capilla en la Academia Militar.
Ahora los reflectores están sobre el vicepresidente Nicolás Maduro, que fue ungido en diciembre por el propio Chávez como su sucesor político.
Fiel lugarteniente del fallecido presidente, el ex sindicalista Maduro tendrá sobre sus espaldas el desafío de seguir con el proyecto socialista en un país rico en reservas petroleras con una sociedad muy polarizada.
Aunque las autoridades tienen que convocar a nuevas elecciones en un plazo de 30 días después del deceso de Chávez, como establece la Constitución venezolana, todavía no se ha establecido una fecha para los comicios.
Pese a que la popularidad y el carisma de Maduro no se acerca siquiera a la de su mentor, analistas creen que tiene todo a favor para repetir el triunfo de Chávez del año pasado en las urnas por la emotividad que desató el deceso del mandatario.
“Lo que viene en el futuro inmediato de Venezuela es más Chávez”, dijo el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas.
OPOSICIÓN EMPIEZA A MOVERSE
Los vehementes partidos opositores, aunque han mantenido un respetuoso silencio, no se han quedado de brazos cruzados.
La coalición de partidos Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acordó esta semana postular a Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda y ex candidato presidencial, para enfrentar a Maduro, dijeron a Reuters fuentes partidarias.
A pesar de los temores por posibles desmanes que conduzcan a un escenario de inestabilidad, la calma ha reinado en Venezuela desde que fue anunciada la muerte del presidente. Los militares y los cuerpos policiales redoblaron su presencia en las calles.
“Espero que tengan todos los venezolanos, tanto el gobierno como la oposición, la madurez para sobrellevar una situación que inevitablemente va a tener sus bemoles”, dijo el presidente uruguayo, José Mujica, al semanario Búsqueda de su país.
“Ahora hay que hacer todo lo posible para no echar nafta a la hoguera”, expresó.
Mujica estuvo en primera fila despidiendo el miércoles en Caracas los restos mortales de Chávez junto a la presidenta argentina Cristina Fernández y el boliviano Evo Morales.
Otros líderes regionales se sumarán a ellos en el funeral de Estado previsto para el viernes, al que incluso asistirán representantes de Estados Unidos, archienemigo del fallecido mandatario socialista.
En Cuba, los hermanos Fidel y Raúl Castro, sus amigos personales, organizaron homenajes en su nombre. Y una decena de países aliados como Argentina y Bolivia decretaron varios días de luto.
Aún no fue revelado donde descansarán los restos de Chávez. Se especula que puedan ser sepultados en su pueblo natal en la abrasadora sabana venezolana, o colocados en un mausoleo cerca de su héroe Simón Bolívar, prócer independentista de Venezuela.
Fotos Reuters/EFE/News Report