El cuerpo del “solitario Jorge”, una tortuga gigante de las Islas Galápagos, fue enviado a Nueva York para ser embalsamado, luego de lo cual será expuesto en un museo en el que fue su hogar durante cuatro décadas, informó el martes la reserva que lo protegía.
Jorge, un símbolo de la conservación natural que murió el pasado 24 de junio, fue embarcado cerca de la medianoche del lunes en un vuelo que partió de Guayaquil (suroeste de Ecuador) con destino a Nueva York, donde el Museo Americano de Historia Natural se encargará del proceso de taxidermia, según un comunicado del Parque Nacional Galápagos (PNG).
Los restos del quelonio fueron trasladados inicialmente a la isla de Baltra antes de ser enviados en avión a Guayaquil en una caja de madera, fibra de vidrio y material aislante que funciona como cámara de frío.
El centenario animal llegará congelado al Museo para el procedimiento que durará entre ocho y nueve meses, según expertos citados por el PNG.
Tras el embalsamamiento, Jorge será llevado de vuelta a Galápagos (a 1.000 km frente a la costa continental) para ser exhibido en un museo que se construirá en el sitio donde vivió desde 1971, cuando fue descubierto.
Luego de la necropsia, el cuerpo de la tortuga fue protegido de forma especial para evitar que la congelación a menos de 50 grados centígrados quemara sus tejidos, recordó el parque.
Jorge era considerado el último representante de su especie -de ahí que se le agregara a su nombre el mote de “solitario”-, y su muerte por causas naturales se produjo tras décadas de esfuerzos para que se reprodujera, lo cual lo convirtió en un símbolo de la lucha por la conservación de la fauna.
Sin embargo, una investigación del PNG y la universidad estadounidense de Yale, difundida en noviembre último, reveló la existencia de 17 parientes genéticos del quelonio, por lo que su fallecimiento no representó el final de la especie Chelonoidis abingdonii de la isla Pinta, aseguró la reserva.
Según los investigadores, el descubrimiento marca el primer paso hacia la recuperación de esa especie mediante un programa de reproducción y crianza en cautiverio.
Las tortugas gigantes pueden vivir hasta 180 años, pesar casi 400 kilos y medir 1,80 metros, y son famosas por haber inspirado la teoría del naturalista británico Charles Darwin de la evolución por selección natural.
En las Islas Galápagos, declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad hace tres décadas, habitan entre 30.000 y 40.000 tortugas de diez especies, y se creía que la de Jorge era la cuarta que se extinguía desde que se tienen registros. AFP