Algunos llegaron a las 3:00 de la mañana; otros no pudieron hacer más y llegaron a las 5:00, pero todos quedaron marcados por el mismo karma: soportar horas en una cola, bajo el sol, para comprar harina de maíz y de trigo. El operativo, en Makro, terminó en una trifulca en la que no faltaron golpes y empujones, informa Correo del Caroní.
Estefania Todisco
Fotos Wilmer González
Todos hablaban, todos gritaban y todos querían ser escuchados, porque desde las 5:00 de la mañana, algunos hasta desde las 3:00 de la madrugada, estaban haciendo cola en la parte trasera de Hipermercado Makro para comprar pacas de harina de maíz y de trigo.
Los gritos y la desesperación se apoderaron de los usuarios porque tras largas horas de espera y de calor, los encargados de la jornada de venta abrieron la puerta para empezar a vender pasadas las 8:00 de la mañana y volvieron a cerrar alrededor de las 10:00.
A las 10:30, quienes estaban enfilados en dos líneas comenzaron a quejarse, la desorganización comenzó y seguían llegando personas intentando colearse para conseguir la tan preciada harina de maíz.
Sin reglas
Como si se tratase de un juego donde la harina sería el premio transcurrió la mañana de ayer. Antes de iniciar la venta, los mismos usuarios hicieron una lista para que la jornada marchara en paz, pero las reglas no tardaron en ser violadas y la lista no sirvió para nada.
“Al principio hicieron un listado y repartieron tiques, pero eso desapareció. Dicen los de adelante que fue la misma gente que ya había comprado que la rompió para volver a comprar, y otros, y que fue la policía por el desastre que había”, indicó Alba Rincones mientras permanecía en la cola, lejos de la puerta de venta.
Un solo efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana se paseaba por el lugar para mantener la calma, mientras que adentro policías estadales y autoridades del Indepabis conversaban. Ninguno dio declaraciones oficiales de por qué la venta había sido paralizada.
Una paca de harina de trigo y cuatro paquetes de harina de maíz lograron comprar los afortunados primeros usuarios. “Ahora están diciendo que sólo venderá una paca de harina de trigo y una sola bolsa de harina de pan y no es justo, porque aquí estamos madrugando para conseguir el alimento”, expresó Yoli Marín.
No al saboteo
Los que hacían la cola se gritaban entre sí, y los golpes a la puerta no cesaban. Se pedían que no sabotearan la jornada, porque si no, no iban a vender más.
“No hay organización porque rompieron la lista y hacen filas por todos lados. La Guardia y los policías deberían ayudar, pero no hacen nada tampoco y hasta ellos terminan llevándose los alimentos”, dijo Antonio de Jesús.
Fidelina Boada hizo un llamado a las autoridades de Indepabis para que obliguen a los vendedores a sacar todo el producto, y señaló que ella vio la mercancía y que bastaba para todos los que ahí estaban.
“No puede ser que los primeros hayan comprado sus pacas y ahora a nosotros nos vendan por unidad. Eso es saboteo y eso de la lista es para que los que ya compraron compren más, y son esos los que después andan en la calle revendiendo a precios altísimos”, opinó Lisbeth Aguinagalde.
Denuncias
Herminson Castillo denunció a los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana. Él vive en el centro de San Félix y alegó que cuando se realizan jornadas como las de ayer, los castrenses se llevan mercancía que luego revenden a buhoneros.
“En el centro venden las pacas de harina PAN en 400 bolívares, y las de trigo hasta en 700. Yo mismo lo he visto con mis ojos cuando ellos llegan tempranito en las mañanas y hacen eso, pero no he podido tomar foto. Esto tiene que acabar porque alimentos sí hay”, exclamó.
Otra mujer, que no quiso identificarse, apoyó la declaración de Castillo detallando que tienen ubicados los puntos de intercambio entre guardias y buhoneros, por lo cual exige al Indepabis que investigue y cumplan realmente con las normas establecidas por ellos mismos.