“Yo quiero un papa latinoamericano”, cantó a los cuatro vientos el “cura rockero argentino” César Scicchitano en 2011, sin saber que dos años después su premonición se cumpliría y el elegido sería su compatriota Jorge Bergoglio.
Mar Centenera/EFE
Scicchitano, al frente de su banda de rock “El padre César y los pecadores”, abrirá la parte musical de la vigilia que se hará esa noche en homenaje al papa Francisco en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, poco antes de su entronización en el Vaticano, este martes.
Bergoglio le cautivó como arzobispo de Buenos Aires “por su sencillez y su visión de sacar la iglesia a la calle, que es donde está la vida”, aseguró Scicchitano en una entrevista con Efe.
“Yo quiero un papa latinoamericano, abriendo puertas, ventanas y armarios/ Que corra aire fresco, aire renovado/ Este lado del mundo tiene mucho para dar”, escribió este sacerdote y músico de 49 años.
Scicchitano explicó que compuso el tema porque sentía que Cristo se ve de forma distinta “desde cada continente” y en su opinión “la imagen desde Europa se había agotado y debía llegar una renovación de otro lado”.
El padre César lleva 14 años al frente de su banda, con la que ha actuado en festivales de rock y ha compartido escenario con rockeros como Pappo y Alejandro Lerner.
La música le tentó desde niño, cuando pasaba horas escuchando rock y blues y el grupo rockero “La máquina de hacer pájaros” le marcó “para siempre”.
Su idilio musical sólo se vio interrumpido temporalmente cuando ingresó en el seminario, a los 21 años.
“Fue un tiempo de quietud, de hacer otras cosas, no se me permitía, pero al final del seminario empecé a hacer música sacra y después, poco a poco, volví al rock”, dijo Scicchitano, quien afirmó que no podría volver a renunciar “a hacer algo tan divertido”.
Según el párroco de la iglesia Sacratísimo Corazón de Jesús, ubicada en el barrio porteño de Villa Luro, el cardenal Bergoglio nunca le puso “una piedra en el zapato”, sino que “estaba muy contento con su misión”.
Hace unos años, agregó, le encargó “un tema que hablase de la prostitución y de la trata de personas”, al que él bautizó “Amor abandonado” y que hoy tocará con su banda en el escenario levantado en la Plaza de Mayo para el homenaje al nuevo Papa.
Pese al apoyo del nuevo Pontífice, el sacerdote admitió que también tiene “unos pocos” detractores a su labor y reconoció que a menudo causa sorpresa entre quienes le ven por primera vez.
“La gente que no nos conoce se sorprende de ver a un cura con pelo largo, con una cazadora de cuero sobre la sotana”, afirmó riendo el padre César, quien asevera que la música le permite “acompañar a los demás desde un lugar mucho más cercano, con más intimidad”.
En catorce años, “El padre César y los pecadores” han grabado once discos, entre los que hay mensajes que, como el papa latinoamericano, también desearía ver cumplidos: frenar el consumismo, contra el que canta en “Cerebro de shopping”, o vivir con menos prisas, en “Bajar un cambio”. EFE
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