El Frente Socialista Antiimperialista del sur del estado Bolívar atribuyó a un plan orquestado el abandono y deterioro de la estatal aurífera, con el fin de facilitar su privatización. Aseguran que la comisión de reimpulso y recuperación nombrada en 2011, previo a la nacionalización del oro, fue un fracaso del entonces ministro de Industrias, José Khan, y un instrumento de los planes desestabilizadores -aseguran- de oposición y del oficialismo, informa Correo del Caroní.
La caída de la producción aurífera desde 2010, que contrasta con el mayor control de plantas y yacimientos, es una de las principales bases con la que argumentan el plan para reducir al mínimo a la industria.
En la tarde fue confirmado un robo de material aurífero precipitado en la Planta Perú, de Minerven. Fuentes del Cicpc indicaron que se trató de medio kilo de oro, pero trabajadores aseguran que la cifra es superior.
María Ramírez Cabello
mramirez@correodelcaroni.com
Fotos José Leal
18 meses han transcurrido de la publicación del Decreto-Ley que reserva al Estado las actividades de exploración y explotación de oro. La oficialización de la llamada “nacionalización” del oro, a solicitud del presidente Hugo Chávez, fue publicada el 16 de septiembre de 2011 en la Gaceta Oficial Nº 39.759, y aunque la atención en el sector fue vista como un punto de despegue, la actividad se estancó.
Pero el estancamiento no fue por omisión. A juicio de voceros del Frente Socialista Antiimperialista del sur del estado Bolívar, funcionarios que sólo llevan “la revolución en los labios”, aliados incluso con dirigentes de oposición, han diseñado un plan para destruir a las industrias del oro y facilitar su privatización.
“El deterioro es parte de un plan bien estructurado para quebrar la columna vertebral de la industria nacional, representada por Minerven. El plan es orquestado por las compañías transnacionales y desarrolladas por las mafias sindicaleras en complicidad con altos funcionarios del Gobierno”, aseguró el miembro del Frente Socialista, Jesús Guerra.
Guerra resaltó que la situación actual de las empresas del oro, manejadas por la estatal Minerven, es trágica, porque la gerencia “pareciera llevar a la industria a su total desaparición, no hay voluntad de producir, de mejorar los procesos y menos aún de implementar proyectos y planes”.
Al contrario, aseguró que los proyectos nacionalizados y las plantas recuperadas a partir del Decreto-Ley de nacionalización han sido abandonados total e “intencionalmente”. Mencionó el caso de una moderna planta de trituración de material primario, operada por la mixta Venrus en el bloque B de El Callao, que a partir de la toma estatal de las operaciones fue desmantelada.
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“Los equipos robados tienen características y seriales específicos por lo que pueden ser recuperados. Pero, ¿hay voluntad para hacerlo?”, agregó.
Señaló, además, que Minerven recuperó la mina Brisas del Cuyuní y tenía en su resguardo el arca minera y campamento, estructurado con oficinas, habitaciones equipadas para los trabajadores, vehículos, cocina y amplio comedor. “El presidente Franqui Patines retiró la vigilancia dando acceso al caos y el campamento sucumbió junto a sus bienes”.
“Sabotaje” reiterado
Las denuncias de sabotaje no son nuevas. En agosto de 2011, días después de la firma del decreto de nacionalización en cadena de radio y televisión, el otrora presidente de la estatal, Luis Herrera, denunció que el declive de la producción aurífera inició en 2010 con el sabotaje de las transnacionales, “porque es la única empresa que ha tomado posición y expandió la actividad minera con el rescate de Revemin, La Camorra, Bloque B”.
“Desde 2010 iniciaron una campaña de saboteo, incluso, liderada por algunos sindicalistas, amarrada por una gente de derecha y una cantidad de gente que no ha dejado de conspirar contra el Gobierno”.
En el primer semestre de 2011, aseguraba, se registraron 116 días de paralizaciones “ilegales”, sin que el Ministerio del Trabajo y la Fiscalía intervinieran.
En la última parte de su gestión, funcionó una comisión de reimpulso y a finales de agosto el Ejecutivo nacional decidió remover a Herrera. En su lugar, fue designado Franqui Patines, quien había sido presidente de la industria y a quien fuentes del sector ubicaron como aliado del gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez.
Producción en declive
El Frente Socialista basa la hipótesis del sabotaje en la caída progresiva de la producción aurífera. En 2009, Minerven produjo un récord histórico de 4.300 kilogramos de oro con tres plantas operativas; y en 2010 cayó a 2.590 kilogramos, de acuerdo con cifras del Ministerio de Industrias.
Guerra aseguró que ese año se dejaron de producir 1.600 kilogramos de oro con pérdidas de Bs. 276 millones, luego de trancas viales y protestas “dirigidas desde la sombra por Andrés Velásquez y Américo De Grazia”.
Atribuyen también a la actuación de la comisión de recuperación y reimpulso el declive productivo. “La junta de recuperación y reimpulso no sólo llevó a Minerven a su producción mínima, sino que profundizó la crisis a lo largo de toda la industria”, dijo.
En 2011, la producción cerró en 1.800 kilos, y en 2012 bajó a 1.400 kilos, pese a que la industria sumó plantas con la nacionalización del oro.
“Para colmo se plantean este año producir cuatro toneladas de oro en conjunto, cuando con tenores de cinco gramos por tonelada están obligados a producir un mínimo de 8 toneladas de oro”.
En el frente no dudan de que las acciones de sabotaje surjan del interior de la industria, por lo que llaman al ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, a revisar con lupa la situación de la estatal.
Minas en Bolívar, gerencia en Caracas
El secretario general del Sindicato Unión de Trabajadores Revolucionarios de la Industria del Oro, Diamante, Caolín, Cuarzo, Conexos y Similares (Sutriodics), Exaviel Alexander, sostuvo que desde la firma del decreto de nacionalización del oro, en agosto de 2011, la actividad aurífera no ha podido conseguir su punto de equilibrio.
A pesar de que el Ejecutivo, a través de CVG Minerven, asumió las operaciones de la transnacional de capital ruso Rusoro y la mixta Venrus y formó un solo bloque aurífero “no hemos logrado el equilibrio operativo, tenemos déficit de transporte para trasladar al personal, insumos básicos, equipos de protección personal y herramientas adecuadas”.
A juicio del dirigente sindical de la otrora Venrus, la responsabilidad recae en quienes están gerenciando el sector que, aseguró, “no están asumiendo el compromiso revolucionario de sacar a las empresas adelante”.
Alexander solicitó al presidente encargado, Nicolás Maduro, atender la situación de la industria del oro y enviar una comisión de la sala de Seguimiento y Control de la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Central de Planificación (Secocep), adscrita al Ministerio para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno, a realizar una inspección.
Además, consideró vital crear un ministerio exclusivo para el tema minero, pues señala que el foco del despacho de Petróleo y Minería está precisamente en la actividad petrolera.
“La producción de las empresas está por el suelo y no por culpa de los trabajadores. Tenemos profesionales capaces y nos encontramos con ese gran burocratismo, cuando la producción aurífera podría ser la segunda entrada de divisas del país, después del petróleo”, dijo.
Atribuyó la situación de deterioro a la falta de voluntad política, así como a acciones de “sabotaje” a las instrucciones del presidente Hugo Chávez. “La revolución no es para acabar las empresas”, dijo.
Alexander resaltó que el presidente de Minerven, Franqui Patines, no da respuesta sobre el declive operativo del sector y tienen seis meses sin saber del viceministro de Minas, Pavel Rodríguez. “Las minas están en Bolívar pero todo se maneja desde Caracas”.
“El trasfondo es provocar una situación de conflicto laboral para distraer la inoperancia del sector”.
Entretanto, las inversiones en exploraciones y nuevas explotaciones están paralizadas y el sector aurífero opera en pleno a 40% de su capacidad instalada. “La situación es grave y de esta industria dependen 4 mil 300 trabajadores directos”.
A la par, la economía de los municipios del sur está paralizada y sin expectativas positivas en el corto plazo.