El pianista y compositor cubano Bebo Valdés será enterrado en un cementerio de Estocolmo, probablemente en el mismo en que reposa su esposa, Rose-Marie, fallecida el pasado verano, según informaron a Efe fuentes familiares.
Aún no se ha fijado la fecha para el entierro en un país cuya legislación establece un plazo máximo de 30 días para el enterramiento a contar desde el día del fallecimiento.
La familia aún está pensando cuándo y cómo desarrollar los funerales por el pianista cubano, fallecido ayer a los 94 años, según explicó a Efe desde Estocolmo su hijo menor Rickard, que precisó que la familia necesita tiempo para decidir qué hacer.
También se desconoce si asistirá algún miembro de su familia desde Cuba, lo que dependerá de cuándo se celebre el funeral.
Bebo Valdés residía en la localidad de Benalmádena (Málaga, sureste de España) desde noviembre de 2005, donde vivió junto a su mujer Rose-Marie, con la que se había casado en 1963 cuando ella contaba 18 años y él, 44.
Hace dos semanas y ante un empeoramiento de su salud, los dos hijos que tuvo de este matrimonio, Raymond y Rickard, decidieron trasladar a Bebo desde Benalmádena a Estocolmo.
Junto a Rickard y Raymond se ha trasladado a Suecia Chucho Valdés, pianista y compositor como su padre, con quien se había instalado en los últimos años en Benalmádena.
Bebo tenía otros cuatro hijos -Mayra, Raúl, Miriam y Ramón- que permanecen en Cuba junto a algunos de los 13 nietos del pianista, como Roberto Carlos, quien señaló a Efe en La Habana que están a la espera de saber los detalles del funeral.
Una gran familia unida por la música. Porque la estela de Bebo la han seguido sus hijos Chucho, pianista, Mayra Caridad, cantante de jazz, y Rickard, percusionista.
Y de la tercera generación, Leyanis, hija de Chucho, también es pianista.
Aunque la formación familiar más habitual ha sido la integrada por Bebo y Chucho, pareja en muchos conciertos y proyectos musicales, los dos actuaron en una ocasión junto a Mayra Caridad, en 2002 en Navarra (norte de España); y en otro concierto en Tenerife (Islas Canarias) junto a Leyanis, en 2003. Fue la única ocasión que se pudo ver públicamente a las tres generaciones de pianistas.
Bebo tenía otros 12 nietos de sus ocho hijos, que viven entre México, España y Cuba.
Desde que ayer se conociera su fallecimiento se han sucedido las reacciones de pesar, principalmente en el mundo de la música.
En La Habana Omara Portuondo, conocida internacionalmente como la “diva” del colectivo musical Buena Vista Social Club, afirmó que se ha perdido “una gloria de la música cubana”, un “excelente y extraordinario músico, orquestador, ejecutor que asimilaba y disfrutaba la música” y con el que trabajó cuando era pianista de la orquesta del cabaret Tropicana.
El cantante Diego “El Cigala”, con quien trabajó en “Lágrimas Negras”, su mayor éxito internacional, afirmó: “Se ha ido con un público absoluto que le quiere y que le ama y, sobre todo, se ha ido con la calidad de genio que le caracterizaba”.
Y el escritor y director David Trueba, con quien Bebo colaboró en un tango que grabó para “La silla de Fernando”, afirmó que “era un músico que ha hecho historia y, como persona, era lo más generoso y bondadoso del mundo”.
Reacciones que se unen a la noticia de su fallecimiento, de la que se hicieron hoy eco todos los medios de prensa oficiales de Cuba, que elogiaron la importancia de su figura para la música cubana de todos los tiempos.
Pablo Milanés, en su twitter, afirmaba: “Con tristeza en el corazón despido a un héroe: Bebo Valdés amigo y gran talento. Enorme como el sol de la isla”.
Y Silvio Rodríguez, en su blog Segunda Cita, señalaba: “Bebo Valdés se ha ido. Un fuerte abrazo para Chucho”.
Mientras que David Bisbal se despedía también en twitter con un: “Bebo Valdés!! Descansa en paz maestro!!”. EFE