Cinco cosas que deberías saber sobre tu lengua

Cinco cosas que deberías saber sobre tu lengua

También conocida como la húmeda o la “mui”, la lengua es un órgano multiusos y versátil que utilizamos para saborear, deglutir, hablar, respirar… Y por supuesto, para besar. Estos son algunos datos curioso que deberías conocer sobre ella.

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17. Los 17 músculos que forman la lengua coordinan sus movimientos con sorprendente agilidad cuando realizamos varios procesos simultáneos como respirar, tragar saliva y hablar.

En movimiento. A lo largo del día, este órgano se contrae, se expande, se aplana y se mueve en todas las direcciones dentro de la boca varios miles de veces. Y aproximadamente el 60% de la población mundial es capaz de enrollar la lengua en forma de U gracias a un gen que comparten.

Con hueso. La extraordinaria capacidad humana para emitir sonidos se la debemos, en gran medida, a que la mal llamada “sinhueso” tiene un esqueleto formado por un hueso con forma de herradura llamado hioides, situado entre la mandíbula y la laringe, cuyo diseño es exclusivo de los humanos modernos y los extintos neandertales. Gracias a que es flexible y no está fijo en la garganta, somos capaces de emitir más sonidos que ningún otro animal.

Burla. El gesto de sacar la lengua era conocido por los griegos con el significado de “estar sediento de sangre”, y todo apunta a que los romanos aprendieron de los galos a usarlo como gesto de burla o mofa. En oriente, sin embargo, se utiliza desde hace milenios como saludo, y hoy en día aún se considera cortés enseñar la lengua para dar la bienvenida en algunas zonas del norte de la India y el Tíbet.

Supercatadores. El 25% de los habitantes del planeta son supercatadores, es decir, personas que tienen más de 400 papilas gustativas por centímetro cuadrado de lengua y perciben con más intensidad que la mayoría de la población los sabores, incluido el dulce y el graso, lo que explicaría por qué la investigadora Laurie Lucchina ha comprobado que las mujeres supercatadoras tienden a ser más delgadas y a sufrir menos problemas de colesterol alto que las no catadoras: rechazan la comida con exceso de grasa o de azúcar. En el polo opuesto están los no catadores (25% de la población), que cuentan con solo 96 papilas por centímetro cuadrado.

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