La fuga de Yovani Enrique Carmona Polanco sorprendió a la colectividad, pero no a los funcionarios del retén El Marite. La fiscal 27.ª de ejecución, Marta Torres, lo supo hoy por un conteo que se hizo en el pabellón C. Dejó el retén el lunes en la noche. laverdad.com
Carmona Polanco se hizo famoso desde mayo de 2011, cuando la Policía científica lo involucró con el homicidio de Hugo Morales Jadad y su novia, la modelo Karen Blanco Camargo. Ya estaba preso en el retén de Cabimas por ordenar el homicidio de Raúl Morales, hermano de Hugo y con quien sostuvo una discusión por una mujer. Desde entonces se juraron venganza y comenzó la matanza.
La justicia hizo poco por el caso, pues ya “Yovanito” tenía el control de todo el retén El Marite. En julio de ese año lo acusaron de ordenar un incendio en uno de los pabellones y desde el 18 de agosto tenía la mirada de todos los comisarios: un grupo de reos trató de matarlo y por eso hubo siete muertos y 34 heridos en una balacera que duró más de tres horas en plena visita.
En septiembre lo llevaron a la cárcel de Sabaneta y un día después ingresó al retén El Marite. El lunes en la mañana se inició su traslado a los tribunales del municipio Cabimas, donde llevan su causa. Por la tarde regresó y en la noche desapareció. Salió por la puerta principal.
Fuentes policiales explicaron que ya todo estaba planificado. Pagó una fuerte suma de dinero a los tres policías que custodian las puertas y a los otros tres que están en las garitas de vigilancia.
Descubierto
En El Marite, a diario, hacen un conteo manual de los presos. El martes, el vigilante aseguró que estaban todos completos. El miércoles también. Ayer, un nuevo contador gritó que faltaba uno: “Yovanito”. Entonces la Fiscalía 27 de Ejecución y la Fiscalía Penitenciaria se alarmaron y pidieron explicaciones. Nadie dio respuesta.
En horas de la tarde de ayer llegó una comisión de la Policía científica y se llevó a los dos vigilantes que estaban el martes y el miércoles. Creen que recibieron dinero por no informar la falta.
Esta no es la primera vez que “Yovanito” sale del retén. El 3 de noviembre, sábado, salió en la mañana, le dio una golpiza a su mujer en Cabimas y regresó el domingo por la tarde. Las autoridades supieron de la fuga momentánea porque la mujer lo denunció ante la Fiscalía y dio los detalles. En febrero lo hizo de nuevo, se fue el sábado y regresó el domingo. Esta vez se fue de compras al centro comercial Sambil.
Autoridades policiales aseguran que “Yovanito” tiene mucho dinero. Forma parte del “carro” -ejército personal del pram- y entre sus responsabilidades está cobrar 300 bolívares cada miércoles y cada domingo a todos los presos. “Es lo único que cobran. También ganan con la venta de drogas, comida y alcohol, que es muy caro”.
Las ganancias las reparten entre “Jesús”, “Fernando” y “Jeancarlitos”, los tres líderes del pabellón C. No tienen registros de las ganancias mensuales de todo el grupo.
Fugas
Esta no es la primera fuga que registra la nueva gestión gubernamental. Tirso Meleán, acusado por el asesinato de Hugo Morales, se entregó a las autoridades el pasado 23 de enero pensando que obtendría algún beneficio. No lo consiguió y llegó al retén El Marite después de las 5.00 de la tarde.
En el retén, la sala técnica -que registra los ingresos- trabaja desde las 8.00 de la mañana hasta las 3.00 de la tarde. Cuando Meleán llegó no había quien lo registrara, así que lo hizo la misma Meira Guerrero, para entonces directora. Le tomó una foto con su propio teléfono móvil. Unas horas después, Meleán se fugó.
Por este hecho le quitaron la dirección a Guerrero, para darle protección. Ahora es la coordinadora general de retenes en el Zulia. Su subdirector, Omar José Rojas Fermín, es el nuevo titular.
La segunda fuga se registró en febrero. Pese a que no ha sido identificado, saben que llegó desde el municipio Machiques y que se enteraron de su ausencia porque su propia abogada llegó a buscarlo. Utilizó la identidad de un difunto para entrar.
Las autoridades creen que existen otras fugas en el retén, pero la secretaría no quiere saberlo. En el centro pentenciario debe hacerse un censo cada tres meses, pero este no se ejecuta desde mediados de diciembre.
Otro problema que enfrentan en el retén es que la anterior administración se encargó de borrar toda la data de los internos, es decir, no saben exactamente cuántos presos hay ni cuántos han dejado las celdas.