Aviones teledirigidos buscan entrar al campo civil

Aviones teledirigidos buscan entrar al campo civil

En un futuro no tan lejano los aviones teledirigidos formarán parte de la vida diaria de los estadounidenses, en la que cumplirán numerosas funciones útiles.

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Lejos de las máquinas mortíferas cuyos misiles incineran a terroristas, estas aeronaves no tripuladas cuyo tamaño suele ser pequeño ayudarán a los agricultores a rociar agua y pesticidas con mayor precisión, lo que ahorrará dinero y reducirá el impacto ambiental. Auxiliarán a la policía a descubrir el paradero de personas desaparecidas, a reconstruir accidentes de tránsito y actuar como vigías para los grupos especiales de choque. Alertarán a las autoridades sobre las personas aisladas en los techos de sus casas en casos de huracanes e inundaciones y monitorearán la evacuación.





Los agentes inmobiliarios los usarán para grabar videos de las casas o edificios y el vecindario. Los estados los utilizarán en la inspección de puentes, carreteras y diques. Las empresas petroleras controlarán con ellos los oleoductos, y a las compañías de electricidad les servirán para inspeccionar las líneas de transmisión.

En momentos en que los presupuestos militares se reducen, los fabricantes de los aviones teledirigidos han estado poniendo sus esperanzas en el mercado civil para impulsar el crecimiento de su industria. Pero existe una amenaza paradójica a dicha esperanza: el éxito en el campo de batalla podría contener la semilla de la desconfianza para el uso más benigno de los aparatos.

Al público le preocupa que la tecnología sea usada indebidamente, según teme la industria. También es problemática la demora del gobierno en establecer las regulaciones de seguridad antes de que los aviones teledirigidos surquen ampliamente los cielos nacionales.

Algunas compañías que fabrican los aviones o suministran equipos y servicios de apoyo dicen que la incertidumbre ha hecho que paralicen sus planes de expansión, por lo que buscan nuevos mercados en el exterior.

“Nuestro fracaso en educar al público sobre los aviones no tripulados nos perjudica”, admitió Robert Fitzgerald, director general de The BOSH Group de Newport News, Virginia, que proporciona servicios de apoyo a los usuarios de estas aeronaves.

“Estados Unidos ha estado en la vanguardia de esta tecnología durante mucho tiempo”, afirmó. “Si nuestro gobierno demora el uso de esta tecnología… de pronto estos aparatos estarán volando en otras partes y compitiendo con nosotros”.

Desde enero se han presentado proyectos de ley relacionados con los aviones teledirigidos en más de 30 estados, en gran medida debido a preocupaciones por la privacidad. Muchos de los proyectos se concentran en impedir que la policía los use para vigilar al público en general, así como para supervisar a individuos de los que no se tienen suficientes pruebas de que estén involucrados en delitos.

Sin embargo, algunos defensores de la privacidad reconocen los muchos usos positivos de los aparatos. En el condado de Mesa, Colorado, una inspección anual del vertedero de basura por medio de aviones tripulados cuesta unos 10.000 dólares. El condado efectuó recientemente la misma revisión con un avión teledirigido por unos 200 dólares.

Las agencias policiales presumiblemente serán uno de los mayores mercados iniciales para los aviones teledirigidos civiles. El mes pasado, el FBI los usó para vigilar continuamente un bunker en Alabama donde un individuo mantenía como rehén a un niño de 5 años.