El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva rechazó las críticas al funcionamiento interno del Mercosur, pero abogó por fortalecer su aspecto “social” y por que el Parlamento del bloque “funcione de verdad”, en una entrevista publicada hoy en Uruguay.
En declaraciones al diario La República, Lula dijo que las críticas al Mercosur no tienen sustento “ni teórico, ni económico, ni social” y reconoció que hay divergencias en cuestiones económicas entre los socios (Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, además de Paraguay que está suspendido), pero lo consideró normal en cualquier “alianza comercial”.
Según Lula, solo falta “perfeccionar” la “participación del sector social en las decisiones del Mercosur, es decir, fortalecer el Mercosur sindical, fortalecer el Mercosur social”.
Además, “es necesario” que el Parlamento del Mercosur “funcione de verdad”, opinó el exgobernante, para el que “si uno compara el Mercosur de hoy con el Mercosur de 2002” se ha producido “un avance extraordinario” en el “flujo comercial”.
“El caso de Uruguay es un buen ejemplo: en 2002 su flujo comercial con Brasil fue de 825 millones de dólares; en 2010 ya había alcanzado los 2,9 mil millones”, expuso.
En opinión de Lula, en este escenario “el rol de Brasil es utilizar su potencial de desarrollo para crear una industria del Mercosur”, lo que pasa por “construir todo lo que pueda en alianza con Argentina, Paraguay, Uruguay”.
Esas opiniones contrastan con las expresadas por el presidente uruguayo, José Mujica, el pasado 1 de marzo, cuando aseguró que el Mercosur, “más que un mercado común, apenas en los hechos es una mala unión aduanera”.
Dos semanas después, el vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, indicó que “las relaciones económico-financieras” bilaterales con Argentina están “en su peor momento en mucho tiempo” por la política económica “muy proteccionista” de la nación vecina.
Además, en noviembre pasado Paraguay llegó recurrir a la Organización Mundial del Comercio por las trabas comerciales argentinas a sus empresarios.
En junio pasado Paraguay fue suspendido del grupo por la destitución de Fernando Lugo como presidente en un juicio político en el Senado, considerado un “golpe de Estado parlamentario” por los demás miembros del bloque, que aprovecharon la suspensión para materializar el ingreso de Venezuela.
Ese último paso, autorizado años antes por los Ejecutivos y Legislativos argentino, brasileño y uruguayo, así como por el Gobierno de Lugo, estaba trabado por la negativa del Senado paraguayo.
Aunque sigue celebrando sesiones esporádicas, el Parlamento del Mercosur (Parlasur) está pendiente de la renovación de sus integrantes, que debe realizarse dentro de los procesos electorales nacionales de los países miembros, algo que paradójicamente solo ha hecho Paraguay, el socio suspendido. EFE