Un afroamericano será ejecutado este martes en Texas, sur de Estados Unidos, por un crimen cometido hace 23 años y por el que fue condenado en 1994, después que fueron desatendidos los recursos que presentó, informaron dos allegados.
Rickey Lewis, de 50 años y que casi completa dos décadas en el corredor de la muerte, se encuentra en “un estado de calma, serenidad pero también de gran tristeza,” dijo a la AFP Daniele Sirven, integrante de una pareja de franceses que pertenece a una organización de lucha por la justicia, que hace mas de una década apoya al estadounidense.
La ejecución mediante inyección letal esta prevista a las 23H00 GMT.
Lewis fue condenado por el asesinato de George Newman, 45 años, a cuya novia violó durante un asalto a una casa, cometido junto a otros dos hombres.
La defensa de Lewis ha presentado varias apelaciones a la condena, que fue ratificada en 1997, incluyendo una en la que alega que el condenado sufre de retardo mental.
Pero la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó el 1 de abril el último de los recursos legales de que Lewis disponía para impedir la ejecución.
En un blog, Daniele y René Sirven denuncian varias incoherencias y zonas oscuras en el proceso judicial. “Se trata de un muchacho de la calle, completamente analfabeto” que, aseguran, “seguía a los otros como un perrito”.
Lewis será el 49 ejecutado en Texas desde que se restableció en 1976 la pena de muerte en ese estado, según el Centro de Información sobre la Pena Capital.
Este año se han realizado seis ejecuciones en Estados Unidos. Tan sólo en Texas están previstas al menos otras once, de ellas cuatro programadas para este mes.