Ese espontáneo acto es votar, una palabra compuesta apenas por cinco letras cuya trascendencia reviste importancia capital porque se constituye en el ejercicio de un derecho político que, en nuestro caso, define el destino de una sociedad sumergida en la oscuridad de un gobierno corrupto y autoritario o un gobierno de unidad y prosperidad, que avizora la luz al final del túnel.
Entre Nicolás Maduro y Henrique Capriles existe una brecha profunda: forma de gobernar; de entender y respetar la libertad; y de apostar por la unión de todos los sectores de la vida nacional…Los divide un abismo porque son totalmente distintos.
El primero, Nicolás, transpira el olor de los Castro, de la dictadura cubana donde los derechos ciudadanos se pisotean y violentan. Su gobierno de apenas cien días se caracteriza por constantes apagones y 2 paquetazos rojos-rojitos que convierten el sueldo en un ingreso de miseria. Con Maduro en el poder, será cuestión de tiempo un brusco aumento de la gasolina, dado que su norte es la mentira.
Capriles, en cambio, huele a cambio, a modernidad. Su apuesta se centra en solucionar las necesidades del hombre venezolano, sea cual sea su condición social, política, ideológica. Sus propuestas huelen a cambio, a transformación para mejorar, empezando por un aumento general de sueldos y salarios del orden del 40% y terminando con el combate de la inseguridad personal, la violencia que acarrea miles de crímenes al año. Su ruta es la verdad.
Al país de Nicolás y de Henrique Capriles los separa el voto porque abstenerse o sufragar por el candidato oficialista es seguir apoyando las políticas de regalos a Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina. Es atornillar la influencia del socialismo cubano en todos los espacios de la vida de los venezolanos. Un voto para Nicolás será un voto para Fidel y Raul Castro; para la narcoguerrilla de las Farc; para que los enchufaos sigan más enchufaos.
Un voto para Capriles será apostar por nosotros mismos, por Venezuela, y muy especialmente por la generación actual de jóvenes quienes con ansiedad buscan trabajo y porvenir. Cada voto para El Flaco apuntará hacia la transformación del país a fin de recobrar una nación sin racionamientos de comida, gasolina o electricidad y libre del yugo cubano.
Por Capriles se vota con sabiduría y compromiso. Con convicción, pasión y valor y con la esperanza de que la hora del cambio ya tocó a nuestras puertas !Hay que salir a votar!
@exequiades