Hoy culmina la campaña electoral más corta y heroica en la historia de Venezuela. Capriles, apoyado por millones de ciudadanos, ha tenido como herramientas de combate una gorra con los colores patrios, el amor a Venezuela y una profunda convicción democrática le ha tocado enfrentarse a una alianza de poder que se asemeja a un ejército invasor, con Raúl Castro y Ramiro Valdés haciendo el papel de policías sucios y Lula y Cristina en rol de policías de buenos. La contienda electoral ha sido tan desigual que el propio rector Vicente Díaz se atrevió públicamente a calificarla como “una campaña profundamente anti democrática”.
Hace tan solo un mes nadie en su sano juicio se hubiera atrevido a vaticinar una victoria de Capriles y mucho menos una victoria holgada, porque el efecto político del fallecimiento del ex presidente y el manejo propagandístico a favor del candidato del PSUV dejaba muy poco margen para que el país pensara en algo distinto a entregarle al delfín de Raúl, la conducción del Estado por lo que resta del actual periodo constitucional. Sin embargo, como dice Rubén Blades, la vida te da sorpresas y hoy, a escasos 3 días para que las elecciones, @hcapriles le arrebató la calle, el discurso popular y el poder de las masas para colocarse a pasos de ser el nuevo presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Sí estimados lectores, debemos acostumbrarnos a la idea de que Miraflores dejará de ser un palacio que abre las puertas y tiende alfombras rojas al resabio del totalitarismo de izquierda y de derecha del mundo, mientras da la espalda e intenta aniquilar a los venezolanos que nos resistimos a rendirnos al chantaje y al odio social.
En nuestro país se está repitiendo el fenómeno que vivió Colombia en las elecciones pasadas entre Santos y Mockus, cuando las encuestadoras al momento de cerrarse la fecha oficial de presentar resultados daban la ventaja al ex alcalde de Bogotá. Diez días después el mundo vio como Juan Manuel Santos resultaba vencedor por un amplio margen. Nosotros estamos viendo la misma historia. Ahora, ustedes se preguntarán que similitudes existen entre ambas campañas para que me atreva a decir que puede haber un resultado similar.
La respuesta a la interrogante es relativamente sencilla. Santos era mucho mejor candidato que Mockus y realizó ajustes estratégicos a su campaña que permitieron al electorado visualizar los defectos del ex alcade de Bogotá y las virtudes de Santos. Respetando la enorme distancia que separa a Maduro de Mockus, en Venezuela, ha ocurrido exactamente lo mismo. Capriles ha realizado ajustes estratégicos en relación a la unidad, al discurso y a su oferta social, al tiempo que ataca frontalmente las incongruencias y debilidades de Nicolás -habría que agregar que los errores de Maduro han sido un gran aliado de Capriles- y por supuesto que Henrique es mucho mejor candidato, conoce todos los rincones de Venezuela, tiene 2 años en campaña y ha logrado arrebatarle la calle al PSUV.
Otro acierto estratégico de la campaña del Comando Simón Bolívar ha sido empoderar a millones de venezolanos para que asuman las riendas de su propia campaña mientras que la campaña de Nicolás se ha apoyado en la estructura burocrática del Estado. El mayor error cometido por el PSUV fue la decisión de que su candidato no tuviera personalidad ni pensamiento político, ya que subestimaron la madurez política del pueblo que no se come el cuento de que votando por Maduro lo hacen por Chávez. No, la gente por más amor que sienta por el ex presidente sabe que el 14A si vota por Nicolás, lo estará haciendo a favor del entorno que siempre fue el principal obstáculo en 14 años de gestión.
Estoy convencido que Capriles será electo presidente más allá de las triquiñuelas y amenazas de los denominados “enchufados”, pero aún si el resultado fuera distinto, Capriles y millones de nosotros habremos logrado desenmascarar la farsa un gobierno que se dice defensor de los pobres pero que los condena a mantenerse así para que una pequeña élite viaje en aviones privados y viva con lujos imperiales. Esta corta pero heroica campaña ha logrado activar política y socialmente a casi la mitad del país que asumió a Capriles como su líder. En estos pocos días de campaña, Henrique se ha transformado del extraordinario candidato que obtuvo 6.8 millones de votos el 7O a un líder con visión estratégica y enorme capacidad de comunicar al país entero esa visión. Independientemente del resultado Venezuela ganó y el país a partir del 14 A no volverá a ser mismo.
Carlos Valero
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