Desde la tarima, el sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, levantó el puño y gritó: “misión cumplida, Comandante”. Pero el desconcierto asomaba en su rostro y en el de los chavistas en el Palacio de Miraflores, tras conocer que ganó la Presidencia de Venezuela por apenas un 1,6%.
“Misión cumplida comandante Chávez, el pueblo cumplió su juramento”, exclamó Maduro, vestido con una chaqueta con los colores de la bandera venezolana, en el escenario instalado en las afueras del Palacio Presidencial.
Por Maria Isabel Sánchez/Afp
Apenas estuvo unos minutos saludando en el frente de la tarima cerca del público junto a su pareja, Cilia Flores, para luego tomar el micrófono, acompañado por funcionarios de gobierno.
Es un triunfo “justo, legal, constitucional”, que da una “legitimidad revolucionaria”, agregó, entre los aplausos de los seguidores de Chávez, todos vestidos de rojo -el color de los chavistas-.
Desde una pantalla colocada tras el estrado, habían seguido, con anterioridad, el anuncio de la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, de que Maduro ganó por 50,66% contra 49,07% del líder opositor Henrique Capriles, resultado decepcionante para los chavistas.
Un sonoro abucheo se escuchó entre la multitud al oír el resultado de la votación de Capriles, y aunque luego siguieron las ovaciones a Maduro, ya no se podía ocultar el desánimo. La fiesta se había aguado.
“Faltó conciencia y madurez política. Este pueblo no sabe lo que tiene, lo que le dio Chávez. Me siento decepcionado, a pesar de que ganamos. La gente no estuvo clara. Le falló al Comandante”, afirmó a la AFP Luis Enrique Pérez, un escolta de 47 años, visiblemente abatido en una esquina en los alrededores del Palacio.
Tres meses antes de morir víctima de cáncer el 5 de marzo, Chávez pidió a sus millones de seguidores votar por el entonces vicepresidente Maduro en caso de que quedara inhabilitado para gobernar o muriera, para que llevara adelante la revolución.
“Maduro es el hijo de Chávez, lo más importante es que se ha salvado la patria”, expresó Luis Escalona, un joven de 28 años, que ovacionaba a Maduro, frente a la tarima. “Lo más importante es que no volverán”, añadió a su lados Argelia Salas, de 32 años, con cierto desgano.
Disimulando la decepción, Efrén Ramos, médico de 44 años, destacó que el margen tan estrecho es un ejemplo de la limpieza del proceso, pues refleja la división que prevalece en el país.
“Esto significa que en Venezuela hay democracia. Hubo muchas personas que se abstuvieron, en virtud de que el comandante no está, pero la revolución sigue”, expresó Ramos, cerca de la tribuna desde donde Maduro dirigía el mensaje al país.
Desde mucho antes de que el CNE emitiera los resultados, cientos de chavistas se congregaron en los alrededores del Palacio Miraflores, a la espera de Maduro, quien aguardaba el resultado en el Cuartel de la Montaña, en el barrio chavista 23 de Enero, oeste de Caracas, en el recinto donde está sepultado Chávez.
“A este pueblo hoy podemos decirle que hemos tenido un triunfo electoral justo, legal, constitucional”, exclamó Maduro, durante su discurso.
Al principio, grupos de chavistas bailaban, cantaban, ondeaban banderas y gritaban vivas, mientras estallaban fuegos artificiales lanzados desde la Plaza Bolívar, a unas calles de Miraflores.
“¡Chávez vive, la lucha sigue!”, “Chavez no murió se multiplicó”, “¡Se oye, se siente, Maduro presidente!”, coreaban muchos entre sonidos de tambores y trompetas.
Pero el tiempo pasaba y el clima de tensión iba en aumento. Los estallidos de pólvora pararon y el tono de la celebración cambió. Muchos invitados salieron del Palacio Miraflores visiblemente preocupados, constataron periodistas de la AFP.
“Muchos se voltearon, hubo abstencionismo, pero Maduro ganó y la revolución sigue. No volverán y por eso ganó Chávez”, afirmó Ingrid Pérez, una estudiante de turismo de 32 años, frente a la tribuna.
Diecinueve millones de venezolanos estaban convocados a votar este domingo para elegir a su presidente entre Maduro y Capriles, tras 14 años de hiperliderazgo de Chávez, cuya revolución polarizó políticamente al país.
El candidato oficialista no había terminado de hablar cuando algunos ya se dispersaban, otros permanecieron fieles en los jardines y alrededores del Palacio de Miraflores.
Arriba, a un costado de la tribuna donde hablaba Maduro, permanecía cerrado el Balcón del Pueblo, desde donde Chávez celebraba sus victorias y era aclamado por las multitudes.
Video AFP