El gobierno brasileño en asociación con un laboratorio privado invertirá 430 millones de reales (unos 215 millones de dólares) en los próximos cinco años en un proyecto para volver a producir en el país insulina humana, anunció hoy la presidenta Dilma Rousseff.
La inversión será destinada a una fábrica en el estado de Minas Gerais (sudeste) que permitirá que el país retome la producción de la medicina contra la diabetes, interrumpida en 1999, y que vuelva a integrar el exclusivo grupo de cuatro países con tecnología y capacidad para fabricar insulina humana, según la mandataria.
Brasil produjo insulina humana en el laboratorio estatal Biobras hasta 1999, cuando la fábrica fue vendida a una multinacional que decidió suspender la producción y encargar el producto en el exterior.
El proyecto para reanudar la producción nacional asocia a la Fundación Oswaldo Cruz, un laboratorio vinculado al Ministerio de Salud y que aportará inicialmente 80 millones de reales (unos 40 millones de dólares), con la empresa privada Biomm.
La previsión es que la fábrica comience a operar en 2015 y que dos años después pueda atender toda la demanda nacional de insulina humana, según un comunicado del Ministerio de Salud.
Biomm, con apoyo y financiación pública, construirá una planta para desarrollar y producir insulina y otros biofármacos en Nova Lima, municipio de Minas Gerais, para aprovechar la tecnología ya patentada que posee para fabricar proteínas recombinantes.
“Es imposible que un país como Brasil tenga una industria debilitada. Tenemos una gran ventaja que es el mercado de 200 millones de habitantes. Tenemos que transformar ese mercado en una plataforma para el mundo”, afirmó Rousseff.
La presidenta encabezó la ceremonia oficial en la ciudad de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, en la que fue firmado el acuerdo de asociación público-privada.
La fábrica inicialmente atenderá a los 1,5 millones de diabéticos brasileños que reciben gratuitamente la insulina en los puestos públicos de salud y también a los otros 8,5 millones que la adquieren en farmacias.
Según el Ministerio de Salud, tan sólo Estados Unidos, Dinamarca y Ucrania producen insulina humana.
“La industria brasileña tiene que competir hoy en el mercado global con precio, plazo y calidad. No es admisible que Brasil tan sólo sustituya importaciones. Estamos dando un paso importante al unir investigación e industria para aumentar la productividad”, agregó Rousseff al indicar que la fábrica producirá también para el mercado externo.
De acuerdo con el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Fernando Pimentel, Brasil está entre los cinco mayores mercados consumidores de cualquier producto, desde ganchos para el cabello hasta aviones.
“Quien tiene un mercado de esos tiene la obligación de contar con producción propia y de calidad, así como con dominio tecnológico”, afirmó.
La producción de insulina en el país se suma a los acuerdos de transferencia tecnológica firmados la semana pasada entre multinacionales del sector y laboratorios brasileños para poder producir en el país al menos ocho medicinas actualmente importadas.
Tales acuerdos generarán un ahorro a las arcas públicas de 350 millones de reales (unos 175 millones de dólares) en cinco años ya que la mayoría de esas medicinas es adquirida por el Estado para ser distribuida gratuitamente.
El Gobierno ha firmado en los últimos años 63 acuerdos similares que garantizan la producción en el país de 61 medicinas. EFE