Ahora resulta que el acto electoral automatizado es inauditable y el Gobierno central está usando todo el poder concentrado por la ausencia de división de poderes que existe en Venezuela, para evitar el conteo manual de votos que está exigiendo la oposición.
Todo comenzó por Tibisay Lucena, presidenta del CNE, quien inmediatamente salió con una proclamación express de Nicolás Maduro durante el día lunes 15 de abril. Ayer, 16 de abril, la Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez afirmó que no ha recibido ninguna denuncia de hechos irregulares en el acto electoral. La Fiscal, Luisa Ortega Díaz, por su parte declaró que iban a quitarle la inmunidad a cualquier diputado que se pusiera al margen y se prestara aupar hechos violentos en el país. Igualmente dijo que ya se habían capturado a cientos de personas que iban a ser presentadas ante un juez. Justo cuándo escribo esto, aparece una triste declaración de la Presidenta del TSJ, Luisa Estela Morales diciendo que el conteo manual no existe y que los seguidores de la oposición están siendo engañados.
Nicolás dejó que las mujeres del resto de los poderes del Estado lo defendieran y se encargaran de retractarlo de su declaración del domingo donde decía no tener miedo de contar todos los votos. Ahora lo niega abiertamente cuando fue pública y notoria su declaración.
Como bien dice mi madre “quien no la debe no la teme” entonces por qué utilizar toda la fuerza del Estado contra una petición de contar los votos ¿será que sí hay gato encerrado en el acto electoral? ¿Serán verdad los rumores que indican que dentro de algunos ministerios y edificios de PDVSA habían máquinas emitiendo votos fantasmas? ¿Será que ahora cambiamos del dicho “acta mata voto” al nuevo dicho del Socialismo del siglo XXI “máquina mata voto”?
Hernán Porras
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