El joven colombiano Edmar Castañeda exhibió el sábado la belleza musical del arpa llanera en un recital enmarcado en el festival dedicado a las expresiones estéticas, y organizado por el Museo de Historia Natural de Nueva York.
El músico de 35 años mostró su virtuosismo como arpista y compositor con varias piezas en las que entremezcló el joropo, música folclórica de los llanos de Venezuela y Colombia, con el jazz y ritmos africanos.
En el recital estuvo acompañado por el percusionista Dave Silliman, el flautista Itai Kriss, y la vocalista Andrea Tierra, pareja de Castañeda.
“Estoy muy contento y orgulloso de ser parte de este festival, de traer la belleza de la música a la gente y de hacerlo en este museo que es tan conocido”, comentó Castañeda durante una entrevista con The Associated Press.
Castañeda, que nació en Bogotá y que reside desde 1994 en Nueva York, explicó que a los 7 años empezó a tomar clases de danza de joropo, lo que le introdujo en esta música llamada también llanera y que tiene el arpa como uno de los instrumentos principales.
“En Surámerica el arpa es muy popular en la música. Y desde que vi el arpa de pequeño siempre quise tocarla”, comentó Castañeda, que empezó a tocar el instrumento cuando tenía 13 años.
Ya en Nueva York, se graduó en trompeta y jazz.
“La raíz de mi música es la música llanera de Colombia, junto con la influencia musical de Nueva York, como es el jazz, el flamenco o la música brasileña “, explicó Castañeda quien tuvo como padrino en su carrera musical al renombrado artista cubano de jazz latino Paquito D’Rivera.
Para el joven artista colombiano, quien da recitales en varios países del mundo, exportar su música con el arpa llanera significa dar “una cara nueva al arpa, ya que se concibe mucho como un instrumento de música de ángeles, una música muy suave. Pero hay muchas posibilidades con este intrumento”.
Castañeda dijo que cuando toca el arpa lo hace “como si tocara dos o tres instrumentos, con la mano izquierda se tocan los bajos y con la derecha las armonías y los acordes a la vez, lo que hace que suene como una pequeña orquesta”.
“Además, es una manera de mostrar la música de mi país, el joropo, y que es muy parecido al flamenco”, añadió.
Tal como explicó Castañeda, el arpa llanera tiene diferencias respecto del arpa clásica.
“La clásica tiene pedales y te sientas para tocarla mientras que la colombiana se toca de pie”, dijo. “La clásica tiene más opciones de armonía, de colores musicales”.
Por su parte, Adina Williams, manager senior en programas públicos del Museo de Historia Natural, definió a Castañeda como “un artista que personifica la esencia, el espíritu del poder de la belleza”.
“No sólo ofrece unos maravillosos colores con su arpa colombiana, sino que exulta una belleza interior y profunda que supone una experiencia espiritual que te quita el aliento. Es un artista global en cómo transciende las fronteras, las culturas, los lenguajes, el tiempo, el espacio”, dijo Williams.
Junto con la actuación de Castañeda, el festival “Expresiones de Belleza: Miradas y Sonidos” celebrado en el Museo de Historia Natural entre el viernes y sábado, contó con varias actividades como una sesión de poesía con el literato y activista político Kevin Powell y una muestra de los rituales usados por la mujeres egipcias para embellecerse. AP