La ceremonia para beatificar a Francisca de Paula de Jesus, analfabeta que dedicó su vida a la caridad, nacida en 1808 y quien no perteneció a ninguna orden religiosa, ocurrió en el municipio de Baependi, donde vivió casi toda su vida, ante centenas de seguidores, según informaron medios locales presentes en el lugar.
Desde su muerte en 1895, muchos clamaban que se producían curas por medio de la intercesión de Nhá Chica.
La Iglesia le reconoció como milagro la cura hace 18 años de una profesora con una enfermedad congénita de corazón, Ana Lucia Meirelles Leite, de 67 años.
En el momento en que iba a ser operada, los médicos habrían constatado que el problema cardíaco había desaparecido.
“Es una bendición saber que soy un instrumento para que Nha Chica vaya al altar”, dijo Meirelles Leite, en entrevista al diario O Estado de sao Paulo.
La “Santinha de Baependi”, como también es conocida, nunca se casó. A los diez años perdió a la madre, y creció con el hermano, que hizo una fortuna que dio en herencia a su hermana, que lo distribuyó entre los pobres.
La Iglesia la reconoció en 1991 como “sierva de Dios”.
La beatificación, paso que antecede a la santificación, le fue reconocida el año pasado por el Papa Benedicto XVI.
“Hija y nieta de esclavos, analfabeta, huérfana desde la infancia, vivió en la pobreza y la simplicidad (…) y consagró su vida a servir a las personas”, destacó el presidente de la Conferencia de Obispos de Brasil, Raymundo Damasceno.
La beatificación es el primer paso para llegar a ser santa, para lo cual se necesita el reconocimiento de un segundo milagro, con lo que se convertiría en la primera santa nacida en Brasil.
La Iglesia indica que hay registro de 20.000 casos relatados de supuestos milagros atribuidos a ella.
Brasil tiene dos santos, Frei Galvao, nacido en el interior de Sao Paulo, y Santa Paulina, nacida en Italia y que vino a Brasil a los diez años.