“Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado” Voltaire
Una de los temas que más me llama la atención de la conducta de los altos jerarcas del gobierno es su apego casi irracional a creer que lo que trasmiten los medios públicos es la realidad del país o que obviando lo que piensan la mayoría de los venezolanos se pueden mantener en el poder. La imagen que mejor describe esa conducta son los famosos músicos del Titanic, quienes en medio de la tragedia y la inevitable catástrofe, continuaban interpretando su música. La enorme diferencia es que esos músicos sabían lo que ocurría y con su talento se despedían de este mundo recibiendo la muerte con buen gusto.
Ahora bien, ellos pueden creer o no lo que trasmiten, pero está claro que la manipulación se alinea casi perfectamente con lo que el pueblo quiere, pero que ellos son incapaces de dar. En el campo político se venden como pacíficos, democráticos y tolerantes, herederos de los ideales republicanos y liberales de Simón Bolívar, cuando en realidad su ADN político sólo puede producir individuos autoritarios, apegados al dogma de la violencia y anti democráticos. Basta hacer una breve revisión a su hoja de vida para evidenciarlo. Veamos por encima de donde viene Cabello y Nicolás, para validar el argumento.
En el caso de Cabello, su formación como militar estuvo intervenida por las ideas conspirativas de su mentor político, quien comenzó a llenarle la cabeza de odio contra la Constitución que había jurado defender al momento de recibir su sable, para luego, siendo un teniente retirado, pasar su vida obedeciendo órdenes e improvisando desde altos cargos del ejecutivo para los cuales nunca se preparó. Como ven, muy pocos valores democráticos e ilustración en su proceso de formación, con lo cual pareciera que en su pasantía por la cárcel no se leyó un solo libro importante de ética, historia o filosofía.
La formación de Nicolás es parecida, aún cuando por vías distintas, desde muy temprano militó en los movimientos de izquierda radical y se fue a estudiar a la escuela de formación de cuadros de la Habana, donde evidentemente si algo no leyó fue sobre democracia, derechos humanos, economía o ética. Probablemente su proceso de formación transcurrió entre lecturas, sin discusión crítica, de Marx, Engels, Lenin, discursos de Fidel, técnicas de guerrilla urbana y arengas anti imperialistas. Si les hacen un examen de teoría de la democracia, manejo de la función pública, derecho comparado, economía política o cualquier tema básico para el manejo moderno del Estado, con seguridad saldrían reprobados. Otra punto en el cual insiste VTV es que la sociedad socialista que ellos supuestamente construyen nos conducirá al bienestar pleno y a la igualdad, cuando en realidad todos los días se profundiza la brecha entre el estilo de vida de los enchufados, lleno de lujos, viajes, hoteles 5 estrellas y escoltas, en comparación con el diario sobrevivir de los ciudadanos para quienes conseguir harina pan, leche, azúcar, medicinas y productos de limpieza es una verdadera lucha heroica, sin mencionar bienes inalcanzables como repuestos, vehículos, entre otros.
Finalmente, en el país según VTV la élite que nos gobierna se dice bolivariana, chavista y democrática, cuando en realidad sus raíces ideológicas se quedaron ancladas en los ideales del comunismo deformado de Stalin y Fidel Castro, quienes sustituyeron la dictadura del proletariado, concepto profundamente antidemocrático, por la dictadura esclavista de la burocracia.
La encuesta que publicó Datanálisis ayer demuestra que hasta ahora @hcapriles y el Comando Venezuela van ganando la opinión pública. 70 por ciento del país, entre los que se encuentra 40 por ciento de electores de Nicolás está de acuerdo con una auditoría seria y la aceptación de Nicolás se ubica en 41.6, muy por debajo del 50 que el CNE anunció el 14 A. Las encuestas ya demuestran claramente que el país VTV sólo tiene vigencia en esa pantalla y sus medios satélites, ya que dudo realmente que ellos lo crean.
La consecuencia política de este desfase con la realidad es que las decisiones que se toman se hacen sobre la base de un diagnóstico equivocado, lo cual por supuesto es profundamente ineficiente. La terca realidad impondrá por la vía de la protesta civil y la actitud firme de millones de ciudadanos la visión del país que añora seguridad, bienestar, paz y prosperidad. En términos coloquiales la situación se resume en que a estos señores no les da la cabeza para enfrentarse a la realidad tal cual es.
Carlos Valero
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