Los residentes de la calle 42 del barrio Ezequiel Zamora se tropezaban frente a la casa 42-121 para ver al hombre ensangrentado. Murmuraban. Niños y adultos arrugaban las caras tras ver el charco de sangre espesa. Bromeaban y hasta se reían. En la callejuela no pasaban los carros del gentío que averiguaba “el primer muerto que cae en esa área”.
Boca arriba quedó Sergio Manuel Martínez (22 años). “Por poco lo decapitan”. Le clavaron un puñal en el cuello al menos dos veces, calculó uno de los oficiales de la Policía municipal de San Francisco. La sangre salió como un chorro con presión. En las paredes blancas había gotas del fluido.
Los vecinos no escucharon gritos ni quejidos. Un joven pasó a las 9.30 de la mañana y avistó el cadáver. Media hora después la Policía recibió la novedad. Llegaron un tío y un primo de Martínez. Son de nacionalidad colombiana con al menos dos años de residencia en Venezuela. No se explicaban por qué lo asesinaron.
“Ruth nos avisó que mataron a mi primo. Nos vinimos de inmediato. Creemos que lo asesinaron para robarlo. Él no tenía enemigos. Era un muchacho callado y trabajador”. Los moradores del callejón lo veían entrar y salir de vez en cuando. “Una hermana de Ruth le dejó la casa para que se la cuidara hace unos seis meses. Desde hace cuatro meses vemos al chamo rondar el barrio”.
Investigación
Víctor Martínez refirió que su primo se hizo novio de Ruth hace cuatro meses. De vez en cuando se quedaba con ella en la vivienda para acompañarla. Ayer en la mañana abrió el portón blanco y atravesó el portal. Los inspectores de la Policía científica sospechan que el homicida lo persiguió, lo sorprendió por la espalda, le tapó la boca, lo llevó al garaje y allí le clavó el puñal en el cuello y en el corazón.
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