Más de un centenar de seguidores del exdictador guatemalteco Efraín Ríos Montt, condenado a 80 años de prisión por genocidio y crímenes contra la humanidad, exigieron su liberación este domingo frente a la prisión donde está recluido, al aducir que el juicio fue ilegal. AFP
“Nuestro general (Ríos Montt) no es ni asesino ni genocida, exigimos su libertad”, dijo un joven desde un altoparlante frente al Cuartel Militar Matamoros, en el centro de la capital, donde funciona una cárcel civil a la que fue llevado desde la noche del viernes al exdictador.
Ataviados con camisas blancas, algunos con cascos militares y otras indumentarias características del Ejército, los manifestantes calificaron el juicio como “viciado”, “ilegal” e “inquisidor” y al exgobernante de facto, de 86 años, lo llamaron “héroe”.
“Sabemos que allí está nuestro héroe (señalando el cuartel), sabemos que el viernes se hizo un ‘show’ preparado que no quiebra la moral de nuestro general, un general que confía en Dios y que nos dio patria”, agregó el mismo manifestante.
Ríos Montt fue hallado responsable de 15 masacres a manos del Ejército de 1.771 indígenas mayas-ixiles en el departamento de Quiché (norte), durante su régimen de hierro entre 1982 y 1983, en tanto que su exjefe de inteligencia militar, José Mauricio Rodríguez, fue absuelto de los mismos cargos.
La sentencia contra el exdictador lo convirtió en el primer líder latinoamericano, y uno de los pocos en el mundo, en ser condenado por genocidio.
“Estamos apoyando a nuestro general y exigiendo que lo liberen pronto porque sabemos que él no es genocida”, dijo a la AFP Alberto Reyes, uno de los partidarios de Ríos Montt.
Reyes opinó que la condena contra el exdictador es una “grave violación a los derechos humanos” y acusó a organismos extranjeros de interferir para que la jueza Jazmín Barrios emitiera un fallo condenatorio.
Mientras los manifestantes entonaban el himno nacional y canciones que enaltecen a los soldados, una mujer ondeaba una bandera de Guatemala con un listón negro para rechazar el encarcelamiento de Ríos Montt. Cerca de ella sobresalía un pancarta con el lema “No hubo genocidio”.
“El genocidio no existió, y al general lo están enjuiciando por venganza”, afirmó a la AFP Carmen Ralón, otra de las manifestantes.
Los abogados defensores de Ríos Montt ya iniciaron una batalla jurídica para revertir el fallo, incluida la Corte de Constitucionalidad, la máxima instancia judicial donde ya se encuentran algunos recursos, según los medios locales.
Por su lado, la cúpula empresarial guatemalteca pidió este domingo a las instancias judiciales anular el juicio, al mencionar que no se comprobó, según ellos, la intención de eliminar al grupo étnico maya-ixil.
El gobierno de facto de Ríos Montt fue uno de los más sangrientos de la guerra civil que sufrió el país de 1960 a 1996, la cual dejó 200.000 muertos o desaparecidos, según la ONU.