Al momento de escribir estas líneas todavía no se ha efectuado la reunión entre Nicolás Maduro y Lorenzo Mendoza, así que no tenemos las conclusiones públicas derivadas de la misma, sin embargo me pareció interesante analizar las razones que obligaron a Nicolás a solicitar tal reunión y lo que está detrás de la misma, que resume dos visiones del mundo y dos modelos de enfrentar el tema de la producción de alimentos. No pretendo apologizar al señor Mendoza ni hacer cuñas que no necesita a empresas Polar, sólo describiré las consecuencias del estatismo irracional del gobierno frente a la capacidad ilimitada del emprendimiento individual y como cuando se toman decisiones acertadas, los herederos pueden fortalecer y aumentar el capital recibido, bien sea económico o político, así como también pueden pulverizarlo si se actúa de espaldas a la lógica y al sentido común.
Veamos brevemente la similitud entre los dos personajes. En primer lugar, los dos dirigen organizaciones grandes y complejas y llegaron a ocupar dichos posiciones de dirección producto de haber sido beneficiados de una herencia, en el caso de Nicolás heredó el poder y capital político de su jefe, Hugo Chávez, y Lorenzo Mendoza recibe de su padre la dirección de la empresa, una vez que este fallece a los 55 años. Podemos decir también que ambos personajes son relativamente jóvenes, Maduro nace en 1962 y Lorenzo en 1965, con lo cual podemos inferir que han vivido en el mismo tiempo histórico.
Ahora bien, las diferencias entre Nicolás y Mendoza son evidentes, sin necesidad de caer en el tema del origen social y la capacidad de prepararse académicamente para enfrentar las responsabilidades de la vida, ya que no necesariamente el hecho de haber nacido en cuna de oro garantiza prosperidad y progreso en la vida, así como tampoco provenir de origen humilde implica estar condenado a la pobreza, ya que en Venezuela hay muchos casos de movilidad social mediante el cual venezolanos de origen muy humilde han alcanzado niveles de estudio de cuarto y quinto nivel y han logrado ocupar importantes cargos de responsabilidad tanto en el ámbito público como en el privado. Volviendo a las diferencias, podemos decir que la más resaltante es que Maduro ha sido un pésimo heredero empeñado en acabar con todo el capital recibido a la velocidad de la luz y todo indica que Lorenzo, aún en una situación política adversa que persigue al empresario, limita la capacidad productiva de las empresas y controla el crecimiento de las mismas, ha tenido la capacidad de mantener el emporio empresarial recibido y ampliarlo, produciendo desde Colombia lo que Polar exporta al mundo. Lo que demuestra que Nicolás es muy mal gerente en contraste con su “adversario en la lucha de clases que adelanta”,
Asimismo, existen diferencias en el concepto de libertad y democracia manejado por ambos personajes. Tengo entendido que en empresas Polar se genera una cultura de trabajo en equipo, capacitación y ascenso permanente de sus trabajadores, enfocada en satisfacer las demandas de sus clientes, los consumidores, podría decirse que esa empresa trabaja para la gente. Mientras que el modelo político y económico de Nicolás y todos los enchufados es de aprovecharse del pueblo para su confort y comodidad personal, razón por la cual los programas sociales no tienen como objetivo superar la situación de debilidad del individuo, sino mantenerlo atado a los subsidios del Estado a cambio de su lealtad política. De igual forma, hemos observado como a los trabajadores de la administración pública se les persigue y obliga a pensar como lo hacen los jefes de la burocracia, con el riesgo de ser despedidos si manifiestan posiciones críticas. Habría que añadir que los productos de Polar forman parte de la vida cotidiana de los venezolanos, es imposible entender el país sin arepas, mientras que la cultura del odio y la división social promovida por Nicolás es importada del modelo cubano y no tiene nada que ver con nuestra tradición democrática, pacífica y solidaria.
Sin conocer al señor Mendoza y conociendo poco a Nicolás, creo que los dos representan visiones del mundo contrapuestas y encontradas. En el mundo según Nicolás no cabe la posibilidad de que haya empresarios locales robustos capaces de generar empleos de calidad que superen la situación de pobreza de las mayorías, porque en ese momento dejarían de votar por él y perdería el poder. La diferencia esencial es que Nicolás vive como rico manteniendo a los pobres muy pobres, mientras que el otro es millonario, y no precisamente por haberle robado los reales a los más pobres, y se dedica a crear oportunidades y bienestar.
La respuesta del empresario a las acusaciones de Nicolás las hizo en rueda de prensa antes de la reunión, desmontando todo los argumentos del gobierno. Por ejemplo, Mendoza expresó que en el caso de la harina de maíz la capacidad de dicha empresa de abastecer el mercado es de 48% mientras que el Estado tiene capacidad de abastecer el 42% y otras empresas el resto, afirmando además que Polar produce al 100 % de su capacidad y que la distribución de sus productos la está dirigiendo el gobierno mediante la autorización de los despachos, enviando la mayor cantidad de los productos a los supermercados de la gran Caracas para tenerlos como vitrinas, mientras el resto del país, especialmente los estados fronterizos, quedan desabastecidos. Es decir, el gobierno no cubre la cuota de mercado que le corresponde y para pantallear desvían la producción de las empresas que sí producen, castigando a los pobladores que están lejos del centro del país. Para Nicolás, Caracas es Caracas y lo demás es monte.
Nicolás y los enchufados están más enredados que un kilo de estopa y corren hacia adelante engañando al país sobre las verdaderas causas del desabastecimiento, la inflación y los problemas económicos del país. Ellos quieren responsabilizar al sector privado cuando en realidad toda la culpa es del enfermizo capitalismo de Estado que han venido construyendo sobre la base de las ruinas económicas de la nación. Por más que engañen, el país mayoritariamente tiene claro que los problemas han sido generados por 14 años de ineficiencia y Nicolás los profundiza a la velocidad del rayo.
Carlos Valero
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