“La electricidad no es una mercancía, sino un derecho”, reza uno de los lemas gubernamentales en el trato al álgido tema. Tanto es su deterioro que en cada esquina se encuentran complicaciones, pero causa suspicacia un acumulado de cuatro mil 471 millones de bolívares que la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) ha recaudado en tres años por concepto de multas.
Cuando la crisis eléctrica arribó a puertos venezolanos en julio de 2009 y en manos del fenómeno climático El Niño, las autoridades alertaron sobre un marcado déficit de generación de energía. La causa inmediata fue una prolongada sequía que ocasionó que el agua en el embalse de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar alcanzara niveles preocupantes.
En ese momento diversas medidas implementaron las autoridades para superar la crisis, una de las más polémicas fue un programa de racionamiento eléctrico, excepto en la capital Caracas, que se suspendió oficialmente en junio de 2010, pero los cortes nunca se detuvieron y tampoco lo hicieron los apagones.
Una explicación didáctica sin términos complicados ofreció el ingeniero José Aguilar, quien se desenvuelve como Consultor Internacional de Riesgos de Sistemas Eléctricos con postgrado en empresas públicas. A través de una gráfica observa que Corpoelec no funcionaría sin las multas que aplica desde 2010, pues han sumado 4 mil 471 millones de bolívares a sus arcas desde que iniciaron con la política.
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