Ha vivido con su familia en refugios para indigentes y en el coche de su madre.
Llegó a estudiar por las noches con la luz de su teléfono móvil
“Yo solo hice lo que tenía que hacer’”, esta frase pronunciada por Chelesa Fearce resume a la perfección su determinación y tenacidad. Una forma de afrontar la vida que le ha permitido finalizar los estudios de secundaria a pesar de ser una sintecho.
La joven de 17 años que se ha graduado el instituto Charles Drew, en el estado de Georgia (EEUU), con las mejores notas de su promoción fue la encargada de pronunciar unas palabras en la ceremonia de entrega de diplomas. “No te rindas. Haz lo que tengas que hacer ahora mismo para que puedas tener el futuro que quiere”, dijo durante el acto.
Y si de algo puede presumir Chelsea, que vivió gran parte de sus años de colegio en hogares para indigentes o en el coche de su madre, es de no rendirse nunca. “Cuando apagaban las luces del refugio estudiaba con la luz del teléfono móvil”, ha contado a la cadena de televisión local WSBTV.
En el discurso que pronunció ante sus compañeros, la adolescente recordó como había sido su día a día durante años. “Dormía con mi familia sobre esteras en el suelo y teníamos suerte si conseguíamos más de una comida completa al día. Obtener una ducha, comida y ropa limpia era una lucha cotidiana”, explicó.
Las dificultades no han sido un obstáculo para hacer realidad un sueño que todavía no ha acabado, ya que la joven continuará con sus estudios preuniversitarios en biología. “He sido una sintecho. Sé que eso me han hecho más fuerte”, ha dicho.
Chelesa tenía un espejo en el que mirarse, su hermana mayor, quien también se graduó unos años antes, consiguiendo ser la segunda de su promoción. “Soy la mayor, pero ella es la más inteligente”, aseguró con modestia.
Especialmente orgullosa de las hermanas Fearce está su madre Reenita Shephard, quien ha explicado en televisión que leía mucho a sus hijas cuando eran pequeñas. “Todo fue una experiencia de aprendizaje”, aseguró.
Con información de hola.com