En el marco de un encentro con la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso mexicano, los dipiutados Julio Montoya y Miguel Ángel Rodríguez, rechazaron la amenaza de la cancillería venezolana y la presidencia de la Asamblea Nacional contra los poderes pùblicos colombianos y el mantenimiento de las relaciones binacionales, por el hecho de haberse efectuado una reunión entre líderes políticos de naciones hermanas, como es el caso del Presidente Juan Manuel Santos y el Gobernador Henrique Capriles Radonski.
” Es una expresión más de discriminación política violatoria de los derechos humanos, en la que el gobierno de Venezuela intenta incluso imponer pautas a otras naciones amigas sobre la calificación de los actores políticos venezolanos. Capriles es el líder de la oposición democrática, no es ni un asesino, ni un fascista, ni mucho menos un golpista, como pretende imponerle Miraflores al Palacio de Nariño y al parlamento de Colombia¨, espetó Rodríguez frente a colegas parlamentarios convocados por la senadora Mariana Gómez del Campo, Presidenta de la instancia para América Latina y el Caribe en el senado de México.
Julio Montoya, advirtió que estos esfuerzos de acercamiento con los parlamentos del mundo buscan incrementar la información de primerísima fuente, sobre el entendido de que la democracia es un valor superior con jurisdicción universal, y asiste al derecho de legisladores de países hermanos, conocer la situación política, económica y social por la que atraviesa Venezuela y que, además ha generado lo que calificó como ¨golpe al parlamento venezolano”, con la violación de derechos parlamentarios y los actos de física e institucional violencia contra los representantes de la unidad democrática.
Ambos legisladores advirtieron desde México DF, que la situación con Colombia no debe verse como asunto anecdótico u otra “rabieta más de Miraflores”. Rodríguez señala que incluso llegar a llamar a consultas al representante venezolano en las negociaciones de paz con las Farc (Roy Cháderton), muestra cuan profunda sería la intención de proscribir los derechos de la unidad democrática dentro y fuera de Venezuela, “forzando que el único reconocimiento que exista para grupo políticos, sea para el partido de gobierno venezolano y su actual líder Nicolás Maduro”.
“En este instante resulta además atentatorio contra la estabilidad de las familias venezolanas”, añadió el parlamentario Montoya, al recordar que la dependencia que enfrenta Venezuela de importaciones de alimentos y otros rubros escenciales para la vida diaria, “convertirían casi en un martirio social, la interrupción de relaciones con nuestro hermano país y segurísimo suplidor de productos”.
Miguel Ángel Rodríguez advirtió que la persecución en Venezuela cobra actualmente tales niveles, que esfuerzos de acercamiento e información como los que llevan adelante en México “ya han servido para amenazar a otros demócratas de procesos por presunta traición a la patria, pasando por alto el gobierno venezolano la jurisdicción internacional de los derechos humanos y el mismo tinglado de derecho público internacional que sirve de vehículo a la interrelación de los demócratas del mundo”.
El equipo de senadores mexicanos convocado por la legisladora Mariana Gómez se manifestó siempre abierto a conocer, a estudiar y eventualmente a fijar posición sobre lo que consideró de altísimo interés para las democracias del continente. “Oiremos todas las versiones, sin discriminación, y siempre contará Venezuela con el apoyo de nuestra parte al pluralismo, al reconocimiento de las partes que es indispensable en democracia y, sobre todo, al bienestar del pueblo venezolano, en lo atinente a su progreso socioeconómico y en lo que se refiere a la libertad y a la justicia a la que tienen derecho”.