Cuando José Vicente Rangel denuncia que la oposición venezolana compró 18 aviones de guerra para tomar por asalto el poder en Venezuela, como lo intentó Hugo Chávez Frías en el año 1992, le deja dos opciones a la opinión pública, o burlarse y asumir que el efecto combinado de senilidad con podredumbre en el alma hace que el personaje haya perdido completamente el sentido del ridículo o tomarlo en serio y preguntarse qué hay detrás de una acusación tan estrambótica y fuera de la lógica, propia de una serie televisada tipo 24 horas. En mi caso, optaré por tomarme un poco en serio el asunto, aunque cuando lo escuché me produjo risa y pena ajena.
José Vicente Rangel no está senil ni loco, mi madre solía decir que los locos comen excremento humano y dudo que este señor lo haga. Además es miembro principal del Consejo de Estado y dicen las leyendas urbanas rojas que se ha convertido en el consiglieri preferido del Nicolás Maduro, sin mencionar la influencia que ejerce en el mundo empresarial venezolano de la mano del dueño de TELEVEN. El otro elemento que nos obliga a tomar en serio la declaración es el apoyo inmediato del gobierno a las mismas, comenzando por Maduro hasta el ministro del interior que mostró unas fotos como pruebas. Sumemos a ello la presunta captura de paracos cuya misión era inocular una enfermedad a Maduro y tenemos los elementos completos que configuran un golpe de Estado de utilería, cuya razón es obtener legitimidad y épica revolucionaria mediante una especie de “auto bahía de cochinos”.
La debilidad del gobierno, su precaria legitimidad y el acoso que para ellos significan los resultados de las encuestas que nos muestran a un gobierno desvinculándose aceleradamente de las mayorías los obligan a tener que sacarse un as bajo la manga para detener la caída y buscar un punto de inflexión y apoyo que pueda catapultar la imagen del gobierno. Chávez lo tuvo con el paro del 2002. La derrota del paro en sí mismo no consolidó al gobierno sino más bien el manejo político y propagandístico que de ella hicieron, pero después de más de 10 años ese acontecimiento ha perdido poder movilizador y es por eso que JVR debe estar aconsejando a Nicolás que se inventa una nueva victoria sobre el imperio y la oposición, dando surgimiento al tema de los aviones, las armas, los paramilitares, la inoculación del cáncer y todo lo que aún falta por inventar.
Hasta dónde pueden llegar con su golpe de utilería está por verse y dependerá en buena medida del resultado de los sondeos de opinión. En la medida que Nicolás y su gobierno se sigan hundiendo y separando del corazón de la gente, aumentan las probabilidades de que se atrevan a inventar una puesta en escena donde entren al espacio aéreo unos supuestos aviones, rompan la barrera del sonido y sean interceptados por los flamantes Sukoi, desapareciendo el piloto y sin que se puedan recoger los rastros del avión derribado para no pasar por el incómodo proceso de verificar autenticidad y origen de la aeronave. El desprecio popular volverá mucho más creativos y audaces las acciones del madurismo para tratar de consolidarse en el poder.
Es importante mencionar que es imposible para un particular comprar 1 avión de guerra, a menos que se los venda un gobierno forajido, así que implícitamente acusan al gobierno del vecino de país de entrar en esa categoría.
La oposición en voz de su máximo líder, el legítimo @hcapriles ha definido una ruta que combina denuncia del fraude y de los abusos institucionales, acompañamiento al pueblo en la exigencia de sus derechos y sus luchas reivindicativas y participar masivamente en las elecciones. Nadie nos sacará de ese camino, ni golpes de utilerías, intentos de quitarnos la voz mediante compra de medios o chantajes sociales para promover miedo o abstención. Cada elección debe ser una lucha por los derechos y un plebiscito contra el caos de los enchufados. Voto masivo, protesta masiva y defensa vehemente de la paz y los valores democráticos son el mejor antídoto contra el atraso y el autoritarismo.
Carlos Valero
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