Hace un par de años ya estuvieron a punto de poner punto y final a su matrimonio, pero las presiones de Miley Cyrus para que no lo hicieran surgieron efecto. Era el propio Billy Ray Cyrus quien confesaba: “He decidido retirar la demanda de divorcio y dar una segunda oportunidad a nuestro matrimonio. Quiero recomponer esta maravillosa familia y volver a ser quienes éramos”.
Pero esta vez es en serio. Billy y Tish ya han comenzado los trámites legales para divorciarse por “diferencias irreconciliables” y los medios de comunicación norteamericanos auguran una dura batalla en los juzgados. Sobre todo en un punto: la custodia de la pequeña Noah, de 13 años.
El matrimonio se disuelve tras 19 años y, tal y como se deduce de uno de los últimos tuits de la estrella Disney, la comunicación familiar no es buena. Miley escribía citando a su padre en Twitter: “Parece que tu correo electrónico y tu teléfono no funcionan, ¿quieres que hablemos por aquí entonces? No hay manera de ponerse en contacto contigo”.