En 1993, Beal trabajaba con computadoras sobre el Teorema de Fermat cuando descubrió otro problema, y confirmó con académicos matemáticos que lo que había descubierto era una conjetura totalmente nueva.
La Conjetura de Beal establece que las únicas soluciones a la ecuación Ax By = Cz, cuando A, B y C son números enteros positivos, y x,y y z son números enteros positivos mayores que 2, son aquellas en las cuales A, B y C tienen un factor común (como la forma 8, 6 y 10, que tiene un factor común de 2).
Hasta ahora la teoría ha sido relativamente fácil de plantear y entender, pero muy difícil de probar. Quien quiera ganar el premio, según reglas de la Sociedad Matemática Americana, tendrá dos años para presentar su solución o un contraejemplo (una excepción). Si consigue dar con una solución, ésta deberá aparecer en una publicación matemática acreditada, y si es un contraejemplo requerirá ser verificado por matemáticos independientes.
La Conjetura de Beal no es el primer problema matemático con una recompensa.
El Instituto Clay de Matemática asignó en el año 2000 siete premios de un millón de dólares a las soluciones de siete problemas matemáticos. Diez años más tarde, uno de ellos (la Conjetura de Poincaré) fue resuelto por el matemático ruso Grigori Perelman, quien finalmente rechazó el premio porque “no estaba interesado ni en la fama ni en el dinero”, dijo. En 1997 Andrew Beal había ofrecido cinco mil dólares a quien resolviera el actual problema. Con los años, la cifra aumentó.
AP