Ecuador endureció el tono frente a Estados Unidos al renunciar a preferencias arancelarias que le otorgaba ese país, que por su parte advirtió sobre “graves dificultades” en las relaciones bilaterales si Quito otorga asilo político al prófugo estadounidense Edward Snowden. AFP
“Ecuador renuncia de manera unilateral e irrevocable a dichas preferencias arancelarias o ATPDEA”, que expiran el próximo 31 de julio, señaló una declaración leída por el secretario de Comunicación, Fernando Alvarado.
“Ecuador no acepta presiones ni amenazas de nadie, y no comercia con los principios ni los somete a intereses mercantiles, por importantes que éstos sean”, agregó la nota, según la cual Washington solicitó a Quito, mediante una comunicación, entregarle a Snowden en caso de que éste ingrese en territorio ecuatoriano.
Horas después, el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, puso en aviso al presidente izquierdista Rafael Correa sobre graves consecuencias en las relaciones bilaterales -ya de por sí conflictivas- si Ecuador acoge a Snowden.
“Lo que no sería bueno es que ellos otorguen asilo a Snowden. Eso implicará graves dificultades para nuestras relaciones bilaterales”, afirmó el portavoz.
Ventrell también aseguró que Ecuador no puede renunciar al tratado porque éste fue aprobado por el Congreso estadounidense.
El gobierno de Correa anunció el domingo pasado que considerará una solicitud de asilo del excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), reclamado por Estados Unidos por haber filtrado a la prensa la existencia de un programa de espionaje masivo de comunicaciones telefónicas e Internet por parte de los servicios de inteligencia de ese país.
Junto con la declaración sobre el ATPDEA, la ministra de la Política, Betty Tola, leyó otra alertando que una condena a Snowden podría violar los derechos humanos.
“Las revelaciones del señor Snowden versan sobre programas de espionaje secretos alrededor del mundo contrarios al ordenamiento jurídico internacional y las sanciones por los delitos por los cuales se lo acusa podrían contravenir la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que lamentablemente Estados Unidos no ha ratificado”, sostuvo.
Tola también desmintió que el gobierno haya otorgado un salvoconducto a Snowden, luego de que la cadena de televisión estadounidense de habla hispana Univisión publicara en su sitio web una copia de lo que asegura es un documento de ese tipo entregado al estadounidense.
“Cualquier documento en este sentido no tiene validez alguna y es responsabilidad exclusiva de quien lo haya emitido”, aseveró, aclarando además que la solicitud de asilo “aún no ha podido ser procesada porque el peticionario no se haya en territorio ecuatoriano, de acuerdo a como manda la ley”.
Snowen se encuentra desde el domingo en la zona de tránsito del aeropuerto internacional de Moscú, adonde llegó procedente de Hong Kong.
Washington confirmó el domingo último que le había revocado el pasaporte.
Según Quito, “entre los temas con los cuales se ha ejercido presión, explícita e implícita, a Ecuador se encuentran el asilo a Julian Assange, fundador de WikiLeaks (en agosto de 2012); el análisis de la solicitud de asilo a Edward Snowden; y las relaciones bilaterales y soberanas con naciones que han sido consideradas como ‘enemigas’ de los Estados Unidos”.
“Nos hubiera encantado que con la misma urgencia que se exige entregar al señor Snowden (…) se hubiese entregado a muchos prófugos de la justicia ecuatoriana refugiados en Estados Unidos, particularmente los banqueros corruptos que dolosamente quebraron al país en 1999, cuya extradición ha sido reiteradamente negada” por Washington, subrayó la declaración.
Ecuador enfatizó que su golpe sobre la mesa se produce frente a la “amenaza, insolencia y prepotencia de ciertos sectores políticos, grupos mediáticos y poderes fácticos estadounidenses que han presionado para quitar las preferencias arancelarias”, las cuales representan unos 23 millones de dólares anuales.
Incluso el país, de 15,5 millones de habitantes, ofreció a la Casa Blanca una “ayuda económica” por igual monto “con el fin de brindar capacitación en materia de derechos humanos que contribuya a evitar atentados a la intimidad de las personas, torturas, ejecuciones extrajudiciales y demás actos que denigren a la humanidad”.
“Entendemos que deben existir mecanismos de lucha contra el terrorismo, pero no podemos admitir que en este empeño se atropellen los derechos humanos y la soberanía de los pueblos”, dijo el gobierno”.
Correa, quien hace un mes asumió para un segundo cuatrienio, había restado importancia de antemano a la posibilidad de que el Estados Unidos no renovara el ATPDEA, indicando que se ha sobrestimado su impacto, y que el gobierno puede cubrir el monto de la compensación.
“Es una decisión equivocada y precipitada, pues no ha habido un anuncio formal del gobierno de Estados Unidos con la amenaza de retirarnos el ATPDEA vinculado al caso Snowden”, dijo a la AFP el titular del Comité Empresarial Ecuatoriano, Roberto Aspiazu.
Junto con el ATPDEA vencerá el Sistema Generalizado de Preferencias (GSP), del cual se beneficia Ecuador, que tiene en Estados Unidos su principal socio comercial, como destino del 40% de las exportaciones, lo que equivale a unos 9.000 millones de dólares anuales.
El PIB del socio más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es de 86.166 millones de dólares.