De acuerdo con los medios de comunicación taiwaneses, una mujer de la que solo ha transcendido el apellido, Wang, quería comprar un helado en un restaurante de la cadena de comida rápida de la ciudad de Kaohsiung, en el sur de la isla, cuando un gerente llamó a la Policía para alertarles de que una persona sin hogar estaba molestando al resto de los clientes.
El personal del restaurante pidió a la Policía que echara a Wang del establecimiento, pero los agentes que se presenciaron en el lugar del incidente comprobaron que la mujer no mostraba ningún comportamiento inadecuado.
El episodio provocó la convocación de varias protestas ante la sede de McDonald’s en Taipéi, capital del país, exigiendo que la compañía se disculpara por tratar de manera discriminatoria a personas con discapacidad mental.
El pasado miércoles, unos 50 manifestantes salieron a la calle mostrando pancartas con los lemas “No me intimidas, tío McDonald” y “Queremos la verdad, queremos una disculpa”.
En respuesta a las protestas, una portavoz de McDonald’s en Taiwán comunicó en un mensaje transmitido por un canal local que “fue una actitud inapropiada por parte del restaurante llamar a la Policía para tratar ese asunto en lo que constituye un caso aislado”.
“Pedimos disculpas por los hechos que supusieron una experiencia desagradable para Wang y le agradezco a ella y a su familia que las acepten”, agregó la portavoz.
Por su parte, la Fundación Taiwanesa del Síndrome de Down destacó que están “entristecidos” por lo ocurrido, y “lamentan” que la compañía McDonald’s, conocida por su principio de ‘el cliente es lo primero’, trate a las personas con discapacidad de esta manera.