El Gobierno de Colombia y las Farc retomaron hoy en La Habana los diálogos, centrados en la participación política de la guerrilla, con la advertencia de los negociadores del presidente Juan Manuel Santos de que solo debatirán lo pactado, ante la insistencia del grupo insurgente de aplazar las elecciones y convocar a una constituyente. EFE
En el arranque del undécimo ciclo de las conversaciones que intentan la paz en el país suramericano, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) volvieron a pedir que se aplacen las elecciones de 2014 y la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.
“El aplazamiento por uno o dos años de las elecciones (…) no solo generaría un espacio para la construcción de la paz sobre bases sólidas, sino que salvaría el proceso de maledicencias y suspicacias que podrían vincularlo con aspiraciones electorales de índole personal”, dijo las FARC en un comunicado leído por su número dos y jefe de su delegación de paz, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”.
Sin embargo, el jefe de los negociadores gubernamentales, Humberto de la Calle, resaltó que la agenda pactada para este proceso de paz contiene unos “parámetros claros” sobre los temas a debatir en el punto de participación política.
Recordó que la discusión debe girar sobre los derechos y garantías para la oposición y los nuevos movimientos que surjan; el acceso a medios de comunicación; los mecanismos democráticos de participación ciudadana y la promoción de una mayor participación política de todos los sectores, en todos los niveles territoriales, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad.
“Sobre estos temas y solo sobre ellos, gira la discusión de participación política (…). Eso es lo que el Gobierno está dispuesto a discutir. Y nada más”, subrayó De la Calle.
Para el Gobierno colombiano, cualquier otro tema que propongan las FARC fuera de esta agenda “es parte de su ideario” y “pueden someterlo a la consideración de los colombianos” si la guerrilla hace el tránsito a la democracia.
El negociador del presidente Santos destacó que toda la discusión de este punto está relacionada con el fin del conflicto pero precisó que lo que se acuerde “solo se aplicará si hay dejación de las armas y reincorporación a la vida civil de las FARC”.
Para que las FARC entren en política, añadió, es necesario que el Estado garantice su seguridad y que puedan hacer oposición dentro de la legalidad, pero la guerrilla por su parte debe garantizar también que dejará las armas y que actuará “lealmente” dentro de las reglas de la democracia.
Hace unos días, las FARC se mostraron dispuestas a dejar las armas si se llega a un acuerdo de paz pero no a entregarlas, según el guerrillero “Pablo Catatumbo”, alias de Jorge Torres Victoria.
De la Calle también recordó hoy a la guerrilla que, en el debate sobre participación política, el punto de partida es la Constitución colombiana de 1991.
“El marco garantista ya existe. No se trata de reestructurar el estado sino de aprovechar la oportunidad que significa el fin del conflicto para vigorizar nuestra democracia”, manifestó.
Reiteró que el acuerdo que se está construyendo en La Habana es integral y que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
Con estas posiciones, Gobierno y guerrilla volvieron a la mesa de La Habana en medio de altibajos en Colombia paralelos al proceso de paz.
Uno de ellos es el apoyo de la insurgencia a la protesta de campesinos de la región del Catatumbo, donde más de 10.000 labriegos reclaman desde el pasado 10 de junio al Gobierno que se suspenda la orden de erradicación manual de hoja de coca en la zona y piden alternativas a esos cultivos ilícitos.
También demandan la declaración de una Zona de Reserva Campesina en ese territorio y el fin de los grandes proyectos de minería y agroindustria.
Este lunes las FARC instaron al Gobierno a que escuche a los campesinos del Catatumbo y no los reprima, ni los asesine, ni los judicialice con el “montaje” de que son guerrilleros.
“La delegación de paz de las FARC en La Habana no es un pararrayos de los desatinos de un gobierno en el manejo del problema agrario”, indicó la guerrilla en una declaración leída ante la prensa por su número dos y jefe de su delegación de paz, Iván Márquez.