Las personas que juegan en sus dormitorios con látigos y cadenas pueden ser psicológicamente más sanos que los que no lo hacen.
Un estudio reciente revela que los practicantes de esclavitud, sadismo, masoquismo y disciplina (BDSM siglas en Ingles) obtuvieron mejores resultados en algunos indicadores de salud mental que los que no utilizan dichas técnicas.
El estudio, que fue publicado en el Journal of Sexual Medicine en mayo, encuestó a 902 personas que practican el BDSM y 434 personas que prefieren el llamado “convencional” (no BDSM). Cada persona lleno cuestionarios sobre su personalidad, el bienestar general, la sensibilidad al rechazo y el estilo de apego en las relaciones. Los participantes no eran conscientes de la finalidad del estudio.