Google cerró este lunes su servicio de lectura gratuito Reader, que permitía dirigir a una sola página a los sitios web preferidos de los usuarios mediante un dispositivo RSS.
La explicación dada por Google respecto al cierre del servicio fue que en los últimos años el uso de Reader había disminuido considerablemente ante la competencia de las redes sociales como Facebook y Twitter.
“La mayor parte de los contenidos están ahora ligados a plataformas”, señaló Rob Enderle, analista en Silicon Valley del Enderle Group.
“Deshacerse de este servicio fue una decisión correcta de Google (…) En un mundo de recursos limitados, Reader no estaba a la altura” de lo requerido, señaló.
Asiduos seguidores del servicio clausurado manifestaron su indignación. Una petición on line colocada en el sitio change.org para que Google mantuviera Reader había sido firmada por unas 154.000 personas, y otra por casi 7.600.
Pero la empresa no fue disuadida, y los visitantes de Reader se encontraron este lunes con un mensaje recordándoles que el servicio dejaría de existir al final del día.
Competidores como Feedly, Digg Reader, Newsblur y Flipboard han aparecido como alternativas a Google Reader, que hizo su debut en octubre de 2005.
“Queremos que la migración de Google Reader hacia Feedly sea perfecta”, advirtió el domingo en su blog Feedly, que es reconocido como el servicio que obtiene mejores calificaciones para sustituir a Reader.
“Google abarca a millones y millones de personas, por lo cual es posible que cientos de miles estén descontentas con la decisión de cierre de Reader, aun si en total no representan más que una pequeña fracción del total”, dijo Enderle.
La desaparición del lector fue uno de los temas más recurrentes en Twitter este lunes. Gran cantidad de mensajes advertían acerca de la superioridad de Reader sobre sus competidores.
Twitter contribuyó sin embargo a tornar obsoleto el servicio de Google.
Usuarios de Reader en Medio Oriente observaron por su lado que el dispositivo de Google era utilizado en países como Irán para burlar la censura sobre internet. AFP