O así parece demostrarlo el profesor Dale Irby, a través de una serie de fotografías que él mismo publicó en internet, y que lo han convertido en otra de tantas “estrellas virales” de la noche a la mañana, publica BBC Mundo.
Y al final, se ha visto entre las manos con una cronología gráfica de sí mismo, que empieza con un rostro joven, delgado y de cabello castaño y termina con una persona madura, ligeramente más rellena y de cabellos grises y blancos.
Según reporta el periódico Dallas Morning News, todo comenzó cuando, por accidente, se dio cuenta de que se había puesto el mismo outfit dos años seguidos. Para solaz de su esposa, quien seguramente no perdió oportunidad de hacer alguna crítica a su guardarropa.
Reto matrimonial
“Cathy, a quien conocí en mi primer año como profesor, me retó a repetirlo el siguiente año. De ahí en adelante no nos detuvimos”, señaló Irby.
Hace poco, con motivo de su retiro -a los 63 años de edad-, decidió poner las fotos en internet. Y no pasó desapercibido.
Puestas en orden, las gráficas resultan un poco intrigantes: tientan a la imaginación a tejer toda clase de historias para contar la vida de un veterano profesor de gimnasia de una escuela primaria de Dallas, Texas.
En la primera imagen aparece con la inexpugnable expresión del maestro novato. Otro año, con pose más erguida y orgullosa; más allá se le ve con aire profundo.
Un año parece que está a punto de contar un chiste, en otros transmite una cierta picardía; en una foto parece alguien que sabe demasiado. En la última, da la impresión de que no pudiera ocultársele nada.
Siempre -eso sí- con una sonrisa discreta, que se oculta a medias bajo un mostacho casi inalterado; y una mirada que encuentra refugio parcial detrás de unas gafas, a ratos más grandes o más pequeñas.
No está claro si en todos los 40 años ha vestido exactamente la misma prenda de 1973, cuando se tomó la primera fotografía, o si ha venido renovando el conjunto con piezas idénticas, compradas a lo largo de cuatro décadas.
Bien vista la cosa, la camisa y el chaleco no lucen extraordinariamente fuera de lugar en ninguna de sus 40 fotos.
Si acaso un poco añejos. Que más elegantemente podría llamarse vintage.
Las fotos: definitivamente fuera de lote. El traje: la clásica definición de un clásico.