Las dos Coreas siguen sin llegar a un acuerdo para reabrir el complejo industrial de Kaesong después de tres reuniones, la última de ellas hoy, lo que confirma el alejamiento de sus posturas y pospone la apertura de una esperada etapa de distensión.
Atahualpa Amerise/EFE
“No hemos llegado a un acuerdo y, por tanto, nos reuniremos de nuevo el próximo día 17”, indicó a Efe una portavoz del Ministerio de Unificación de Seúl tras finalizar la tercera y última ronda del encuentro de hoy en la misma ciudad de Kaesong, ubicada en el Norte cerca de la frontera con el Sur.
Las posturas expresadas hoy por ambas partes han sido prácticamente las mismas que han mantenido en las dos reuniones anteriores orientadas a buscar una solución al cierre de Kaesong, lo que ha provocado que el diálogo permanezca estancado.
El jefe de la delegación surcoreana, un veterano funcionario de Unificación, comunicó a su interlocutor que Seúl no aceptará abrir el complejo hasta que Pyongyang establezca medidas de salvaguarda que prevengan un nuevo cierre unilateral como el producido el pasado abril en plena etapa de tensión.
Además, exigió al Norte que cree un marco institucional para proteger a las compañías y planteó desarrollar el complejo como un área industrial global en la que puedan hacer negocios firmas de otros países, lo que otorgaría mayores garantías a los empresarios que inviertan allí.
Por su parte, Corea del Norte se limitó en la cita de hoy a exigir la reapertura del parque industrial cuanto antes y sin condiciones previas, aseguró la portavoz del Ministerio de Unificación del Sur.
La reunión de hoy para tratar de normalizar las operaciones en el complejo de Kaesong es la tercera, después de que Norte y Sur tampoco lograran superar sus diferencias en las dos anteriores, que concluyeron sin avances los pasados días 6 y 10 de julio.
Aunque se plantea difícil, un próximo acuerdo sobre Kaesong podría servir de punto de partida para reparar los deteriorados lazos bilaterales y resolver otros proyectos interrumpidos, como los viajes turísticos al monte Kumgang o las reuniones de familias separadas.
Las visitas al monte Kumgang permanecen cerradas desde que en 2008 un soldado norcoreano asesinó a tiros a una turista del Sur, mientras las reuniones de familias separadas por la Guerra de Corea (1950-53) no se celebran desde 2010 por las malas relaciones entre Seúl y Pyongyang.
En el complejo industrial de Kaesong, que inició operaciones en 2005, unos 54.000 trabajadores norcoreanos fabricaban productos para 123 empresas de Corea del Sur, gracias a un acuerdo alcanzado durante la etapa de buenas relaciones que ambos vecinos vivieron a principios de la pasada década.
Hasta que Corea del Norte retirara a todos sus obreros y clausurara el complejo el pasado 9 de abril como parte de una intensa campaña de hostilidades, Kaesong había funcionado durante ocho años de manera prácticamente ininterrumpida, ajeno a los vaivenes políticos en la región.
El complejo aportaba beneficios a las firmas de Corea del Sur al contar con mano de obra muy barata -sueldos medios de unos 130 dólares al mes- y suponía una importante fuente de divisas para el Norte, cuyo Gobierno se apodera de una parte importante de las remuneraciones de los obreros.
Las compañías surcoreanas que trabajaban en Kaesong declararon a finales del mes pasado pérdidas por valor de más de 900 millones de dólares desde que el polígono cerró sus puertas a principios de abril, mientras el régimen norcoreano no ha publicado datos al respecto. EFE