Si alguna clase política ha logrado crear castas en Venezuela es la que llegó al poder remolcada por Chávez. Con un discurso lleno de clichés entre los que se incluye el de acabar con los privilegios, se fueron abriendo paso y creando expectativas con las cuales no tenían compromiso alguno.
Lo cierto del caso es que han hecho de la mentira un arte y su principal herramienta. Es con esta nefasta práctica que mantienen la ilusión de un grupo de personas a la que se les ha enseñado a conformarse con poco. Gente que puede llegar a creer, por ejemplo, que los cubanos tienen una calidad de vida que envidian en casi todos los países del planeta.
El discurso de los Rojos está plagado de sin sentidos que buscan apelar a los sentimientos primarios de los rojos y mantenerlos en un estado de alerta y consecuente ansiedad que, sin duda, los amalgama, por miedo, alrededor de un proyecto que les promete el paraíso mientras que en realidad los hunde en las inmundicias del infierno.
Hemos estado escuchando con insistencia lo que se ha convertido en una herramienta de sensibilización política que frecuentemente usó Fidel Castro: el magnicidio. No me tomé la molestia de contabilizar cuántas veces dijo Chávez que había planes para atentar contra su vida. Incluso se llegaron a simular eventos donde se encontraban armas para derribar el avión presidencial. Ahora los mellizos Nicolás y Diosdado apelan al mismo ritornelo. En menos de 100 días han denunciado planes para asesinarlos que se están preparando en Miami, en Colombia, con la derecha Chilena, etc. Hay que decir, sin embargo, que este lastimero esfuerzo ya no rinde beneficios. Ni los más acérrimos rojos se crean este cuento de los Rojos.
Recientemente un reconocido periodista, ex ministro Rojo denunció que la oposición había comprado 18 aviones de guerra para desde Colombia lanzar un ataque contra nuestro país. Da la impresión de que con los años se pierde la capacidad para mentir. A este nuevo intento de manipulación se le vieron rápido las costuras. Era un artefacto propagandístico de muy pobre calidad. Para lo único que quedó fue para justificar el anuncio de un costoso sistema antiaéreo que “blindará los cielos de la patria”.
De las mentiras de los Rojos que más molestan a los rojos son aquellas según los cuales los operativos de seguridad del gobierno están disminuyendo la delincuencia y sus nefastas acciones contra la sociedad. La sola mención de estas cosas genera perturbación entre quienes día a día oyen historias de seres cercanos que cuentan de los sinsabores de los encuentros con un hampa desbordada que ha puesto en tela de juicio la capacidad del gobierno para ejercer soberanía.
Para dar la impresión de estar haciendo algo contra uno de los flagelos que más molestan a la población, se ha procedido a tomar acciones contra algunos funcionarios de poca monta que se encontraban presuntamente involucrados en hechos de corrupción. Quieren los Rojos dar la impresión de que se han embarcado seriamente en una lucha contra un mal que no ha hecho más que crecer y desarrollarse en los últimos 14 años. Si hubiese un compromiso real contra los que se han enriquecido con los dineros de los venezolanos, deberían comenzar por los denunciados por Giordani.
Sin lugar a dudas, el discurso de los Rojos está preñado de artilugios que buscan convencer a los rojos de una cantidad de cosas que no hacen más que desdibujar la triste realidad que estamos viviendo. No se puede creer que en Venezuela haya planes de asesinato contra capitostes del régimen y que los mismos no hayan sido develados y puesto a los responsables a las órdenes de la justicia. Solo hay dos razones que explican ese fenómeno: mentira o incapacidad. De la incapacidad no cabe duda, pero hay que inclinarse por la mentira. Al final, no más que tomar a los rojos por pendejos capaces de creerse cualquier cuento.
La historieta de los aviones ideado por el Rojo anciano constituye en sí mismo un irrespeto a la inteligencia de los rojos. En qué cabeza cabe que se pueda hacer una compra de esas dimensiones sin que se enteren todos los aparatos de inteligencia del estado. Nuevamente, mentira o incapacidad. Obviamente la receta mezcla los dos ingredientes.
Habría que explicar cómo se inicia una lucha contra la corrupción que no incluye a célebres Rojos que disfrutan, según se publica en medios de todo el mundo, de riquezas que harían sentir envidia a muchos. Lo cierto es que no es más que una campaña en la que unos cuantos chivos expiatorios estarán presos unos meses para después salir a disfrutar sus riquezas tal como pasó con algunos banqueros en el pasado reciente.
Todo el tinglado argumental de los Rojos está diseñado para engañar y someter a aquellos que le han vendido otorgando su confianza. Pero, estas prácticas de tanto ser usadas terminan siendo ineficaces. Al final, los rojos se darán cuenta de que los Rojos se burlan de ellos.