Miedoso -a pesar de su actitud de gendarme contra la disidencia- Maduro no se atrevió a asumir el Paquetazo anunciado por él mismo sobre la modificación de la tasa de cambio de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar, con la que coronaba la quinta devaluación del régimen en 10 años. Repetía nervioso que “Chávez había aprobado en Cuba los puntos de cuenta” y mostraba la presunta firma presidencial. (EN 09-02-13). Con este primer “ajuste” Maduro recibiría Bs. 84.400 millones extras que habría destinado a su dispendiosa campaña electoral. Con tal modificación y la eliminación del Sitme, la devaluación apenas había comenzado. Hemos visto tres “ajustes cambiarios” a través de las “subastas” del Sicad, que han derretido el salario y disparado la inflación.
La escasez de divisas y la devaluación aceleran la recesión y harán caer la economía en 3,6%, este año, según el Bank of America. Después de la fraudulenta elección del 14-A, todos los indicadores económicos y sociales están en coma: caída de la producción petrolera en 80 mil bpd; merma de las reservas internacionales ($6 mil millones); inflación anualizada superior al 40% (en alimentos más del 50%). Con la caída de los ingresos petroleros, han crecido los hogares en situación de pobreza, aunque las cifras del INE traten de ocultarlo. Las mentiras de Ramírez de que incrementaría los aportes de Pdvsa al mercado cambiario son negadas por la brillante Blanca Vera Azaf en EN: “la reducción de los aportes en divisas de Pdvsa mermó en 20% las reservas internacionales, lo que dificulta aumentar la frecuencia y el monto de las subastas del Sicad“. Pdvsa exportó en el primer trimestre de este año $21,9 millardos pero apenas entregó al BCV $9,7 millardos (45%). Los restantes corresponderían al petróleo enviado a China como parte de los compromisos con los fondos, así como con Petrocaribe. “No obstante quedan $5 millardos que no se sabe dónde están”. Según el BCV, hasta el 18 de este mes de julio estaban depositados en sus arcas $23,8 millardos, cifra que contrasta con los $ 29,8 millardos que había el 1 de enero de 2013″. ¿Qué se hicieron esos $6 mil millones? A principios de julio Maduro ya había agotado su partida completa de viajes para 2013. Este jueves viajó de nuevo a Cuba, ahora para celebrar los 60 años del asalto al Cuartel Moncada: “somos profundamente fidelistas”, dijo el apátrida. Quienes llevan las cuentas públicas aseguran que Maduro ha gastado más en viajes que en dotar a la policía.
Los $16 mil millones que habría en fondos paralelos, no están. Según ingresaron los dólares al Fonden, desaparecieron (García Banchs). “El Fonden es inauditable. El BCV ha aumentado sus “pérdidas contables” por los traspasos al Fonden (… ) Nadie sabe dónde están los reales” asegura el economista Francisco Ibarra. Desesperado, el Gobierno pide otro préstamo a China por $5 mil millones, que no llega, dada la frustración de Pekín porque los ingresos al Bandes se fueron en corrupción y no a los distintos proyectos. Entre 2013 y 2014, el Gobierno debe pagar por capital e intereses de la deuda, $28.400 millones, sobre cuyo cumplimiento comienza a dar malas señales: El bono 2016 de Sidetur no recibió el pago de la cuota de capital e intereses vencida el 20 de julio. Por primera vez el Gobierno dejó de honrar el compromiso de pago de su deuda externa. Con la expropiación, el Ejecutivo se quedó con las reservas depositadas por la empresa en un banco del exterior y se ha venido negando a pagar los $77 millones de la deuda total del bono. Ahora declara un default que podría cerrarle la puerta para la solicitud internacional de nuevos préstamos.
Los indicadores del desgobierno de Maduro exigen varios capítulos. Producción de Sidor retrocedió a niveles de hace 30 años. Misión Vivienda ha caído un 40% (edificios de la Av. Bolívar tienen 11 meses de atraso). Cero cemento nacional: se importaron de Cuba 23.991 toneladas en junio. Descendió 50% la producción nacional de carne y disminuyó 30% su importación por falta de divisas. Cayó 30% producción de leche cruda y hasta el chavista presidente de Confagan dice que “el país no acepta más intermitencia alimentaria”. La pequeña industria trabaja al 46% de su capacidad. Maduro y su desubicada ministra tienen a la salud pública en coma, y se dirigen a quebrar la privada: 26 mil camas hospitalarias están fuera de servicio. La epidemia de AH1N1 ha aumentado un 300% y menos de la mitad de grupos de riesgo han sido vacunados. Los recursos no llegan a Barrio Adentro. El Clínico Universitario tiene 5 meses sin radioterapia. La malaria ha crecido el 92% respecto al mismo período de 2012. Esta historia continuará, sin olvidar la apolillada fábula de los “magnicidios”.